Las personas que sufren de intolerancia a la lactosa no producen suficiente lactasa. Debemos conocer que es el intestino delgado el encargado de producir la enzima lactasa. Está en enzima ayuda a descomponer la lactosa para que nuestro cuerpo pueda digerir cualquier producto lácteo que consume. Cuando se cuenta con una intolerancia a la lactosa, no se puede descomponer la lactosa de los productos lácteos, y por ende nuestra sangre no puede absorber los subcomponentes. La lactosa que no se consume incursiona en nuestro colon o intestino grueso generando molestias intestinales.
Intolerancia a la lactosa
Si buscamos generar una especie de tratamiento en casa para este problema, debemos conocer que el mantener una buena nutrición es importante para reducir los síntomas vinculados a la intolerancia a la lactosa, esto se puede lograr al incluir algunos alimentos importantes en nuestra dieta. Se deben consumir alimentos que cuenten con calcio, un nutriente del cual carecen a menudo los pacientes intolerantes a la lactosa.
Espinacas: Esta es conocida como una de las plantas más nutritivas del mundo, después de todo, las espinacas contienen vitaminas y minerales en abundancia las cuales refuerzan nuestro físico. Para el consumo, estas pueden añadirse a ensaladas, sopas y otros platos.
Como un pequeño dato interesante, se puede comentar que las espinacas son ideales para las dietas de pérdida de peso. Las espinacas contienen una gran cantidad de nutrientes tales como el hierro, calcio, luteína y fibra.
Sardinas: Las sardinas son una maravillosa fuente de calcio, algo que a menudo falta en la dieta de quienes son intolerantes a la lactosa. incluso para quienes no pueden consumir leche, las sardinas pueden compensar todos los nutrientes que se pierden al no consumir este producto lácteo. Otras fuentes de calcio efectivas son los frutos secos, frijoles, múltiples vegetales verdes y el tofu.
Como otro dato interesante, se puede comentar que las sardinas contienen ácidos grasos omega 3 en abundancia, los cuales son capaces de mejorar la salud cardiovascular, son eficaces para bajar la presión arterial, además de que son efectivos para prevenir la inflamación de los vasos sanguíneos.
El consumo de naranjas: La naranja es una fruta cítrica que es bastante similar al limón y la mandarina, aunque los beneficios pueden variar. Por el lado de la naranja esta contiene vitamina C que es una excelente opción para todos aquellos que son intolerantes a la lactosa.
Como un dato extra vinculado con las naranjas, se puede comentar que estas contienen fibra, las cuales nos ayudan a prevenir el cáncer de colon, además de que también son una excelente ayuda digestiva para evitar el estreñimiento, además del síndrome de intestino irritable, algo que es muy común entre los pacientes que sufren intolerancia a la lactosa.
Infusiones contra la intolerancia a la lactosa
Menta: La menta se considera tan buena como otras alternativas como es el jengibre. La menta se encarga de combatir trastornos digestivos en general. La mejor manera de consumir menta es por medio de un té. Debemos conocer que las infusiones son ideales para pacientes que son intolerantes a la lactosa.
Esta hierva también actúa como un agente contra el cáncer. El té de menta es efectivo para prevenir el crecimiento de tumores, además de que nos protege contra el cáncer de colon, de piel y de pulmón.
Manzanilla: La manzanilla, la cual es tomada en su mayor parte en forma de un té, es un remedio herbal perfecto para todos los pacientes que son intolerantes a la lactosa. Un té de manzanilla es capaz de aliviar la hinchazón, flatulencias, además de que regula la salud digestiva.
El consumo regular de un té de manzanilla también se ve vinculado con la reducción de problemas como el estrés, dolores de cabeza, pequeños resfriados, bronquitis y dolores internos.
A pesar de que la intolerancia a la lactosa se considera como un trastorno doloroso, este realmente no es muy difícil de tratar. Los remedios, alimentos o infusiones antes mencionados serían de gran ayuda si se incluyen en abundancia en nuestra dieta semanal. Sin embargo, si no se siente ninguna mejora a esta condición en un par de semanas, puede ser el reflejo de que se sufre de una condición más grave complementada con la intolerancia a la lactosa.