Buena parte de la población mundial es afectada por hongos en las uñas, microorganismos que se alimentan de la queratina que hay en estas estructuras. Los síntomas exteriores son la progresiva decoloración en la raíz de la uña y la adopción de un color oscuro y amarillento días más tarde. Los hongos viven en el interior, y al ser este un tejido muy duro se hace difícil curar la infección, a menos que usemos un tratamiento adecuado.
Se recomienda utilizar remedios naturales, pues de esa forma nada extraño entra al cuerpo humano. La aplicación de estos productos es externa, por lo que los efectos secundarios se reducen considerablemente. Veamos algunos.
Aceite de árbol de té. Este aceite tiene propiedades antibióticas, se le aplica en las uñas y alrededor de estas dos o tres veces al día. Alivia la irritación de la piel en la zona.
Aceite de orégano y de oliva. Añade unas gotas de aceite de orégano en una cucharada llena de aceite de oliva y pon sobre la uña para aliviar el dolor y la inflamación. El aceite de orégano tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas, por lo que es un remedio excelente. Debe aplicarse por 4 semanas como máximo.
Vinagre. Se aplican una o dos gotas de vinagre blanco en la base de la uña tres veces al día durante seis meses hasta que esta crezca sana sobre la parte enferma.
Blanqueador de cloro. Prepara una solución de una parte de cloro con 10 partes de agua. Pon tus pies en remojo 30 minutos al día, preferentemente 15 por la mañana y 15 por la tarde durante 15 días. Después seca tus pies totalmente. Para ello puedes usar un secador de pelo.
Cerveza negra. Prepara una mezcla con un litro de cerveza negra a temperatura ambiente, medio sobre de leche acidofílica y un litro de vinagre blanco. Remojar los pies por media hora una vez al día durante un mes. Para mejores resultados realizar el tratamiento durante dos meses.
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