Si eres propenso a sufrir migrañas debes conocer que existen algunos ejercicios del yoga que te pueden ayudar a disminuir y evitar la aparición de los episodios de dolor causados por esta alteración
El yoga es una actividad ideal para mejorar tu estado de salud, pues estos ejercicios te ayudarán a relajar los nervios y aliviar el dolor.
Las migrañas tienen numerosas causas, y entre los síntomas más comunes que produce están el dolor de cabeza, las nauseas, malestar general y sensibilidad tanto a la luz como a los sonidos.
Las posturas de yoga o asanas pueden ayudar a aliviar la migraña. La mayoría de los enfermos no pueden hacer mucho más que retirarse a la cama por el fuerte dolor que sienten. Pero muchas veces una migraña es precedida por un síntoma, una señal como mareos, somnoliencia, rigidez muscular o cambios de humor que te avisan que la migraña está en camino. El desarrollo de una sensibilidad a este tipo de señales, y utilizarlas como un llamada a la acción, puede ayudar a detener la migraña antes de que comience, o al menos reducir su gravedad. Cuando se recibes una advertencia, conviértelo en una prioridad para atajar el problema a tiempo. Realizar ciertas posturas de yoga es más eficaz antes de que ocurra la migraña (cuando observes las señales), o en los primeros momentos de dolor.
Pose preventiva: Inclinación hacia adelante con las piernas
Separa tus pies con una diferencia de una pierna. Inclínate hacia adelante de tu cadera y coloca las palmas de las manos en el suelo. Pon la parte superior de tu cabeza en el suelo y relájate. Si no puedes llegar hasta la planta de los pies, descansa la cabeza en una silla o dobla las rodillas para ayudarte. Mantén esta postura durante 10 a 20 segundos.
Pose preventiva: perro de cabeza gacha
Comienza desde las manos y las rodillas, con las manos directamente debajo de tus hombros. Levanta las caderas para que tu cuerpo forme una V invertida. Presiona ambos talones y las palmas de las manos contra el suelo. Mantén la postura durante 10 a 20 segundos, luego inclínate de nuevo hacia tus manos y rodillas. Repite esto si lo deseas.
Pose preventiva: pose del cachorro estirado
Comienza desde las manos y las rodillas y extiende los brazos hacia delante y baja la frente en el suelo. Las caderas deben estar en el aire, y no debe haber un ligero arco en tu espalda. Mantén la postura entre 10 y 20 segundos, luego suelta de nuevo a sus manos y rodillas. Repítela si lo deseas.
Pose curativa: pose de piernas contra la pared
Acuéstate de costado, aproximadamente a 5 centímetros de la pared, con las caderas hacia la misma. Date la vuelta sobre su espalda y extiende las piernas hasta la pared. Debes ser capaz de relajarte y tener las piernas extendidas sin hacer ningún esfuerzo. Si no es así, ajusta tu posición hasta que tus piernas permanezcan en el lugar por su cuenta. Si es necesario, apoya el cuello sobre una almohada o apila dos mantas dobladas debajo de la parte inferior de tu espalda. Pon tus brazos a los costados o en tu vientre. Cubre tus ojos con una manta fría o un lente para dormir. Relájate en esta postura durante un máximo de 10 minutos. Para volver a la normalidad, gira hacia tu lado y siéntate.
Pose curativa: ángulo reclinable limitado
Siéntate con las piernas extendidas y junta las plantas de los pies, haciendo una forma de diamante con las piernas. Apoya las rodillas sobre almohadas si esto es demasiado intenso. Puedes tumbarte y descansar tus manos sobre tu vientre. Cubre tus ojos con una compresa fría o una almohada ojo. Si es necesario, apoya el cuello y la parte inferior de tu espalda sobre almohadas. Relájate en esta postura durante un máximo de 10 minutos.
Pose curativa: postura del muerto
Acuéstate boca arriba con las piernas extendidas y los brazos relajados a cada lado. Si es necesario, apoya la zona lumbar y el cuello sobre almohadas. Cubre tus ojos con una manta fría o lente para dormir. Relájate en esta postura durante un máximo de 10 minutos.