Si tienes dolores musculares, provocados por una mala postura, cansancio, un resfrío o estrés, de seguro que tienes un dolor intenso en partes específicas de tu cuerpo, que afecta el desarrollo normal de tus actividades diarias. Generalmente son los medicamentos los que ayudan a aliviar esto, como los desinflamatorios, analgésicos y relajantes musculares, los que ayudan a relajar y desinflamar los músculos.
Pero la mayoría de ellos generan molestias estomacales y algún grado de somnolencia, por eso muchas personas prefieren los remedios caseros para evitar esto. Lo tratamientos caseros no dañan nuestro organismo y nos ofrecen un pronto alivio a los dolores musculares.
Dolores musculares tratamientos caseros
Los masajes siempre son el mejor aliado contra los dolores musculares, y acompañarlos con aceites, puede ser aún mejor. El aceite de nuez moscada, aceite de almendras o aceite de jengibre, son muy útiles para aliviar dolores producidos por una tensión en los músculos. Lo recomendable es que se haga un masaje suave sobre el área afectada con estos aceites.
Un baño con vinagre de manzana, es un remedio casero muy útil contra el dolor muscular, ya que ayuda a la distensión de los músculos. En una bañera con agua tibia, agrega dos tazas de vinagre de manzana y sumérgete lentamente, de esta manera podrás recibir todas las propiedades del vinagre de manzana y aliviar el dolor.
Mezclar pimienta molida con aceite de sésamo, es un remedio natural ideal para relajar los músculos y lo único que debes hacer, es masajear la zona afectada con esta mezcla.
Remedios caseros que combaten el dolor muscular
Cuando se tiene una lesión muscular o un dolor intenso, es recomendable usar compresas de agua fría o de hielo, durante las 72 horas posteriores a este dolor. Esto adormecerá los músculos y reducirá la inflamación notoriamente.
El consumo de vitamina B aporta una propiedad analgésica al cuerpo, siendo la vitamina B12, B6 y B1 las más recomendadas para consumir, cuando se tiene una dolencia de este tipo. Si quieres reducir el malestar provocado por el daño en los músculos, consume alimentos como; arroz integral, levadura de cerveza, y algas marinas.
El yoga es una de los mejores ejercicios para combatir los dolores musculares, ya que mejora la flexibilidad y además cuida los músculos. Al practicar yoga podemos evitar sufrir calambres y ayudaremos a nuestra salud muscular; por eso lo recomendable es realizar una pequeña rutina diaria en casa.
Las hojas de romero también ayudan a disminuir la inflamación muscular, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, las que a su vez disminuyen el dolor producido por músculos dañados. Lo que debes hacer, es realizar una mezcla con 25 gramos de romero, colocarlos sobre un recipiente con agua hirviendo y luego cubrirlos, dejando reposar la mezcla por 30 minutos.
Se moja un paño o trozo de tela absorbente con esta mezcla y se coloca sobre el área del cuerpo afectada, dejando reposar por algunos minutos. Lo ideal es que realices esto 3 veces al día, para que el dolor vaya disminuyendo y la inflamación vaya desapareciendo.
Señales que indican cuando es necesario acudir al médico
Aunque muchas personas ingieren un analgésico o relajante muscular, cuando tienen dolencias producidas por músculos tensos; los remedios caseros, también son una opción útil para relajar los músculos y evitar malestares estomacales, produciros por los medicamentos.
Pero si luego de aplicar cada tratamiento natural, las dolencias persisten por varios días, puede ser necesario ir al médico. Por eso coloca atención a las siguientes señales:
El músculo está en reposo y el malestar sigue persistiendo.
Luego de 72 horas, el dolor sigue siendo muy intenso.
La zona donde se produjo la lesión o dolor, cambia de color con el paso de los días.
Existe pérdida de sensibilidad en la extremidad dañada.
Los dolores en los músculos son acompañados de otros síntomas como; dolor de cabeza, fiebre, vómitos, y náuseas.
Si el dolor o lesión muscular es leve, al usar estos remedios caseros se podrá combatir estos dolores musculares en casa, lo que se puede evaluar después de 72 horas. Lo recomendable es que se realicen masajes diarios y se vuelva a retomar una actividad física moderada, hasta que nuestro cuerpo se vaya adaptando nuevamente a la intensidad de los ejercicios o actividades que acostumbrábamos a hacer cada día.