La angina de pecho es fácil de detectar y se caracteriza por provocar dolores en el pecho, náuseas y sudoración. Al identificar rápida y efectivamente esta condición, estamos ayudando a conocer mejor sus patrones y un poco más sobre sus causas.
Los dolores en el pecho pueden ser causados por distintas condiciones, algunas de ellas pueden requerir de atención médica inmediata, otras de una intervención quirúrgica y de otras tan solo un poco de tiempo y paciencia. Por ello es que hoy en VivirSalud te brindamos todo lo que necesitas saber sobre la angina de pecho y sus causas.
¿Qué es la angina de pecho?
La etimología de la palabra angina nos dice mucho sobre esta condición. La palabra viene del latín y significa algo así como “presión en el pecho” o “pecho apretado”. El término se utiliza básicamente para describir un dolor en el pecho en particular, que se presenta en la zona central. Cuando hay angina de pecho se siente allí mismo una presión y una constricción que apreta y que oprime el pecho, como si algo lo estuviese aplastando algunas veces con mayor intensidad que otras.
El dolor y la opresión comienzan a sentirse en el centro y por detrás del esternón o en la zona frontal izquierda del pecho. Además, puede expandirse hacia algunos otros sectores como la parte superior de los brazos y la del estómago.
Causas:
Normalmente va precedida de una excitación física o emocional; ocasionalmente por una comida abundante; conducir un automóvil durante las horas de tráfico intenso también puede precipitar una crisis; y también ocurre mientras se hace ejercicio en un ambiente frío, en cuyo caso hay pacientes que experimentan alivio casi inmediato al pasar de una habitación fría a otra caliente.
Cuando las arterias del corazón están afectadas y no pueden ajustarse al aumento de la demanda de sangre, los nervios del corazón transmiten mensajes dolorosos de aviso urgente al cerebro. Este dolor, que no suele sobrepasar los 5 minutos, se debe a que el cerebro, por confusión, siente los impulsos desde localizaciones cercanas como los brazos, el cuello o la mandíbula. La angina de pecho es muy frecuente. En los hombres se da generalmente después de los 30 años de edad, y en las mujeres más tarde. La causa, en la mayor parte de los casos, es la arteriosclerosis.
Como prevenirla:
El paciente debe modificar los factores de riesgo y las situaciones desencadenantes. El tratamiento de la angina de pecho está dirigido a disminuir la carga del corazón y sus necesidades de oxígeno:
- Dejar de fumar.
- Perder los kilos de más.
- Realizar ejercicio. Tener angina de pecho no significa que el enfermo tenga que volverse un ser sedentario. De hecho, el ejercicio es parte clave en el manejo de la enfermedad coronaria, pero ha de ser compatible con las limitaciones impuestas por el dolor y por su estado general.
La Sociedad Española de Cardiología distingue tres tipos de angina:
- Angina de esfuerzo: Provocada por la actividad física o por otras situaciones que implican un aumento de la necesidad de oxígeno en el corazón. Suele ser breve y desaparece al interrumpir el ejercicio o con la administración de nitroglicerina. A su vez, se clasifica en: inicial, si su antigüedad es inferior a un mes; progresiva, si ha empeorado durante el último mes en cuanto a frecuencia, intensidad, duración o nivel de esfuerzo en que aparece; estable, si sus características y la capacidad funcional del paciente no se han modificado en el último mes.
- Angina de reposo: Se produce de manera espontánea, sin relación aparente con los cambios en el consumo de oxígeno en el corazón. Su duración es variable y en ocasiones los episodios son muy prolongados y parecen un infarto.
- Angina mixta: Aquélla en la que coexisten la angina de esfuerzo y la de reposo, sin un claro predominio de una u otra. Tanto la angina inicial, como la de esfuerzo progresiva y la de reposo siguen formas de evolución imprevisible y su pronóstico es variable, por lo que también se agrupan bajo la denominación de angina inestable. Su tratamiento difiere considerablemente del de la angina estable. Ésta se da siempre al realizar el mismo nivel de ejercicio y la duración de las crisis es similar. La angina inestable puede ser el aviso de un infarto inminente y necesita tratamiento especial. Antecedentes de angina inestable: Ataques frecuentes de angina de pecho no ligados a actividad física. En ocasiones se percibe de forma distinta, sin ningún patrón fijo, y se prolonga a la parte superior del abdomen, lo cual hace que se atribuya a una indigestión. Como las manifestaciones clínicas pueden ser muy variadas, es el médico, con ayuda de electrocardiogramas y análisis de laboratorio, quien tiene que hacer un diagnóstico concluyente.
Algunos los medicamentos más efectivos y recomendados:
- Nitroglicerina: dilata las arterias coronarias y el dolor suele revertir en minutos. Se toma colocando una pastilla debajo de la lengua o también en spray. Puede dar dolor de cabeza como efecto secundario.
- Calcioantagonistas o bloqueantes de los canales del calcio: impiden la entrada de calcio en las células del corazón. Esto disminuye la tendencia de las arterias coronarias a estrecharse y el esfuerzo que realiza del corazón, por lo que sus necesidades de oxígeno también disminuyen.
- Betabloqueantes: actúan bloqueando muchos efectos de la adrenalina en el cuerpo, en particular el efecto estimulante sobre el corazón. El resultado es que el corazón late más despacio y con menos fuerza, y por tanto necesita menos oxígeno. También disminuyen la tensión arterial.
- Cirugía: En caso de angina inestable o angina estable que se resiste al tratamiento con medicamentos, puede conseguir corregir la obstrucción de los vasos coronarios, bien mediante by-pass (derivación) o, en algunos casos, mediante angioplastia coronaria.