La respuesta es no. Por más que el cordón umbilical se convierta en un delgadísimo hilo, no debes arrancarlo, pues podrías provocar una hemorragia.
Lo mejor ser acudir al pediatra para que el lo haga con el cuidada del caso. O esperar que los 20 días generales de su caída de forma natural.
Si han pasado esas dos semanas y el cordón no ha caído, es que tu bebé posiblemente sea de los niños que tardan un mes.
No fuerces un hecho natural. Solo trata velar por su higiene correctamente.
El cordón umbilical tarda en desprenderse entre ocho y diez días y algo más en los niños nacidos por cesárea (de 12 a 15). La herida que queda, cicatrizará en tres o cinco días después de la caída. Durante ese tiempo lo ideal escurar el ombligo con alcohol de 70º y con clorhexidina, que es un líquido transparente que actúa como desinfectante y que evita las infecciones.
Es habitual escuchar que hay que bañar al bebé por partes porque no se debe mojar el ombligo mientras no se haya caído el cordón o aún no esté cicatrizado, pero no es del todo cierto. Lo ideal es que una vez mojado se lave debidamente con agua y jabón y se seque bien para evitar que proliferen las bacterias.
La humedad excesiva y un mal cuidado pueden provocar infecciones y un retraso en el proceso de cicatrización. Para evitar problemas, sigue estos sencillos pasos: – Después del baño, seca la piel del bebé y procede a hacer la cura.
– Lávate bien las manos con agua y jabón.
– Moja una gasa estéril con alcohol. Ten cuidado de no tocar el centro de la misma que es con la que se limpiará el cordón.
– Limpia bien la zona de alrededor y sobre el ombligo.
– Comprueba que la zona queda seca; si no es así pasa otra gasa limpia para terminar de secarla.
– Dobla el filo del pañal para que el ombligo se airee (aunque los nuevos pañales absorben muy bien la humedad). Intenta que el pañal quede por debajo del ombligo.
NO Usar ombligueros. Se trata de una venda que se ponía a los recién nacidos con el fin de sujetar un paño que cubría el ombligo hasta que se secaba, pero ahora se sabe que no es muy conveniente. Los esparadrapos, ya sean de tela de papel o analérgicos, pueden producir lesiones en la piel y las vendas oprimen el vientre y son incómodas.
– No Emplear fajas. No curan ni facilitan la curación de las hernias de ombligo y pueden resultarle incómodas, incluso provocarle vómitos o dificultad al respirar.
– No Utilizar bolas de algodón. Es preferible secar con gasas estériles y dejar el ombligo al aire. Tapándolo, aumentas la humedad y el riesgo de infecciones.
– No Tirar y arrancar el cordón umbilical porque puede producir una hemorragia.
– No Dejar la gasa mojada en alcohol encima del ombligo durante demasiado tiempo porque podría irritar la zona.
– No Aplicar mercurocromo y tampoco mercurobromo que son líquidos desinfectantes de color rojo intenso, de uso frecuente en hogares para desinfectar heridas, porque pueden provocar eccemas. No son la mejor elección.
– No Curar con productos a base de yodo. Son antisépticos pero no están recomendados para los recién nacidos o lactantes, porque se absorben a través de la piel y pueden producir alteraciones en la función del tiroides.
Si a pesar de seguir estos cuidados básicos se retrasa la cicatrización más de 20 días, es posible que se haya producido una infección u onfalitis, que se caracteriza por el enrojecimiento y endurecimiento de la piel que rodea el ombligo, supuración o secreción sanguinolenta y maloliente.
Después de caerse el cordón umbilical es posible que sangre levemente. Si las gotas de sangre aparecen nada más secarlas o aparecen en bastante cantidad, es recomendable consultar al pediatra