Los niños todavía son muy chicos para sufrir acné. Por supuesto, también están a varias décadas de tener arrugas. Sin embargo, no debemos dejar de prestarle atención al cuidado de la piel de los más pequeños de la casa.
La piel de los niños es muy suave y sensible por ello tienen que protegerse de los rayos del sol, un deber que todos los padres deberían enseñar a sus hijos. La protección de los rayos solares no solo tiene que quedar para los días de playa durante el verano, pues también en la vida cotidiana estamos expuestos a ellos. Si los chicos quieren jugar al aire libre, por ejemplo, asegúrate que lo hagan temprano a la mañana o después de las cinco de la tarde con pantalla solar.
Por otro lado, la capacidad de regeneración de la piel niño es superiora la del adulto.
Las características de la piel del niño van cambiando en las distintas etapas del desarrollo:
– Recién nacido. La piel del recién nacido aparece cubierta por una capa grasa blanquecina (llamada vernix caseosa). Bajo esta capa grasa, podemos observar una piel rojiza que en pocas horas se va tornando más rosada. Puede apreciarse un vello muy fino (lanugo).
– Lactante. El tejido subcutáneo va aumentando su espesor al aumentar los de depósitos de grasa, lo que confiere al lactante el aspecto redondeado de sus formas.
– Niño. En el niño la piel sigue siendo lisa y sonrosada, pero el tejido subcutáneo disminuye y el aspecto del niño se hace más alargado.
– Frío. La protección de del frío es, sobre todo, importante en el recién nacido debido a que la regulación de la temperatura de su cuerpo es ineficaz ypuede presentar hipotermia con facilidad para ello se abrigará adecuadamente al neonato y se procurará un ambiente cálido. Los lactantes y niños deben protegerse del frío de igual forma que los adultos y deben usar un número de prendas similar a las que usan sus padres.
– Calor. Debemos evitar en situaciones de ambiente caluroso un exceso de ropa ya que esto provocara un aumento de la sudoración y favorecerá la aparición de lesiones irritativas (sudamina) en la piel.
– Sol. Los mecanismos de protección de los niños frente al sol no están completamente desarrollados. Por lo tanto, se queman rápidamente y se broncean con dificultad. Se recomienda asegurar la máxima protección para los niños.
– Baño. En el cuidado de la piel del niño es fundamental el baño. El baño del niño debe ser diario. El agua debe estar templada (aproximadamente a una temperatura de 36º C) y el ambiente de la habitación deber ser cálido (a una temperatura de unos 23 – 24º C). Se usarán un gel y una esponja suaves y pondremos especial cuidado en la limpieza de los pliegues. El secado se realizará con una toalla suave, preferiblemente de algodón.
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