Hoy queremos hablar sobre una enfermedad que en los últimos tiempos se ha vuelto muy popular, estamos hablando sobre la hipertensión. Se trata de una enfermedad que nos hace más propensos a sufrir ictus, infartos de miocardio y otras enfermedades cardiovasculares, por eso, es fundamental saber cómo mantenerla bajo control. Muchas personas creen que solamente con regular el consumo de sal ya estamos previniendo este problema, cuando en realidad hay muchos otros factores que influyen, hablamos sobre esto.
Vamos a comenzar hablando sobre la dieta, no solamente debeos reducir la ingesta de sodio, sino también es fundamental controlar la cantidad de grasas y la calidad de las mismas así como la ingesta de colesterol. Además, nuestro nivel de actividad física influye mucho, ya que el movimiento favorece la circulación de la sangre y ayuda a reducir la presión arterial.
Por otro lado, debemos considerar también el estrés y las horas de descanso que tenemos, todos estos puntos influyen en nuestra presión arterial, así como los hábitos tóxicos, por ejemplo: el consumo de alcohol excesivo o el tabaquismo. Además, debemos modificar otros hábitos, como las horas en que nos acostamos y las comidas a lo largo del día.
2. Practicar una rutina de ejercicio adecuada a la edad, ya que esta actividad favorece la buena circulación sanguínea, ayuda a lograr oxigenación adecuada y eliminación de grasas, además de que fortalece al corazón.
3. Eliminar hábitos dañinos asociados con el padecimiento, como consumo de alcohol y tabaco, pues son estimulantes que aceleran el ritmo cardiaco y favorecen la hipertensión.
4. Disminuir el consumo de sal cuando el médico lo aconseje; esto se debe a que grandes dosis de sodio ocasionan retención de agua, por lo que aumenta el volumen de sangre y la fuerza con que el corazón debe bombearla, ocasionando presión arterial alta.
5. Modificar hábitos alimenticios: se incrementará el consumo de legumbres (ricas en potasio, calcio y magnesio, que son minerales que facilitan la eliminación de sodio) y alimentos ricos en fibra, como frutas con cáscara (favorecen la eliminación de colesterol antes de entrar al torrente sanguíneo), en tanto que se reducirá el consumo de carnes rojas, ricas en grasas saturadas, y se sustituirá por carnes blancas, sobre todo pescado; también se erradicarán alimentos ricos en colesterol, como vísceras y huevo. Es muy recomendable seguir una dieta como la mediterránea, que tiene como base el aceite de oliva, cereales integrales, verduras y otros productos que protegen al corazón.
6. Perder peso, pues incluso las reducciones modestas son benéficas para disminuir los niveles de colesterol y sentirse mejor en términos generales. Se evitará alimentación copiosa y se limitará el aporte de hidratos de carbono (postres, pastas, pan) y grasa.
7. Regular tensión y estrés, ya que ambos son causas de hipertensión; se debe procurar una vida tranquila para controlarse mejor y, de ser necesario, se recurrirá a estrategias o rutinas de relajación: acostado o sentado, se respirará profundamente 3 ó 5 veces, y se relajarán en forma paulatina piernas, tronco, brazos, cabeza y cuello, pensando en un color que ayude a tranquilizarse (casi siempre verde o azul).