La meditación es el acto de alterar nuestro estado de conciencia para desocupar nuestra mente de pensamientos y así experimentar calma y tranquilidad. Al aplacar el torrente de imágenes y palabras que nos ocupan la cabeza, logramos vivir plenamente el momento presente y conectarnos con la fuente interior de nuestro ser.
Es Un proceso de auto-descubrimiento
Es el arte de aprender a detenernos e impedir que nuestros pensamientos, la energía de nuestros hábitos, la falta de atención y las fuertes emociones nos sigan dominando
La Meditación es un descanso para la mente. Es una oportunidad para permitir, que nuestra psiquis se pueda relajar y liberar de las tensiones, del agotamiento y el estrés. Una vez que hemos aprendido a calmarnos, esta técnica puede servir para acceder a niveles más profundos en nuestro “Ser”, de manera directa y concreta, vivenciando aspectos sutiles que al común de las personas, les pasan desapercibidos. Se trata de una capacidad innata que todos tenemos.
Pautas a tener en cuenta:
- Conocer las opciones. Existen diferentes técnicas para meditar y es importante escoger la más acorde con nuestras necesidades y habilidades, para así facilitar el proceso. Por ejemplo, si le atrae más la música que el silencio o el baile que la quietud, quizás una danza derviche (práctica mahometana) sea aconsejable.
- Reserve el lugar y el momento. Nuestro cuerpo funciona de diferente manera basado en el horario y hábitos que manejamos, y también reacciona distinto al cansancio y el estrés. Si es nuevo en la práctica de la meditación elija un momento del día donde esté alerta. Empezar a meditar a media noche después de un día de trabajo intenso quizás conlleve a quedarse dormido en la mitad de la sesión; o de pronto no es una persona madrugadora y practicar en la mañana pueda tener el mismo resultado. Así mismo, elija un lugar de su hogar o trabajo donde pueda meditar sin interrupciones y donde se sienta cómodo y a gusto con olores, colores y sensaciones.
- Respiración.Aprender a respirar es esencial para lograr un nivel profundo de relajación y renovar la energía del cuerpo, proveyendo oxígeno a los órganos internos y especialmente al cerebro. Para empezar, es ideal sentarse con la espalda recta y en una posición cómoda. Inhale por la nariz lenta y profundamente, sostenga la respiración por cuatro segundos y exhale también lentamente. Al inhalar, el pecho no debe moverse mientras que el estómago se infla; al exhalar, el pecho se mantiene y el estómago vuelve a su estado inicial.
Pautas para iniciarse a la meditación:
- Elija ropa cómoda y diríjase al lugar reservado. Asegúrese de no ser interrumpido por el teléfono, visitas o alguien de la familia.
- Comience con tres minutos de respiración hasta que su cuerpo y mente estén relajados.
- Las primeras veces, mientras se acostumbra, medite sentado para evitar dormirse. Elija una silla cómoda y mantenga una postura relajada pero con la espalda recta y los pies sobre el piso.
- Prenda una vela y póngala al frente, a una distancia de aproximadamente uno o dos pies. Empiece a meditar concentrándose en la llama. No piense ni mire nada en particular, sólo céntrese en la llama. (Si sus ojos no se adaptan o le molesta la luz, reemplace la vela con un vaso de agua.)
- Durante la sesión, ideas y recuerdos visitarán su mente; quizás ese uniforme que su hija necesita, el incidente que tuvo en el trabajo esta mañana, las cuentas por pagar, o la cita de la tarde. Contemple estos pensamientos por un segundo y luego sutilmente déjelos de lado. Si regresan, sólo déjelos pasar y despídalos una vez más.
- Practique todos los días por cinco minutos. Agregue dos minutos de práctica por cada semana que complete.
Consejos a tener en cuenta :
- Es importante la regularidad en el habito, la hora, el lugar y la práctica.
- Los mejores momentos son el amanecer y el anochecer.
- Hay que intentar consagrar un espacio, o un lugar intimo, para la meditación
- Una vez sentado en ese espacio, cuida tu postura, siéntate con las piernas cruzadas, y con la columna y el cuello bien erguidos (apuntando hacia el cielo).
- Antes de empezar, haz una respiración profunda para vaciar tu mente de pensamientos. Olvida las preocupaciones, problemas, etc…
- Regula la respiración. Comienza a ser conciente de tu respiración (intenta que sea una respiración abdominal)
- Utiliza un mantra (puede ser Ohm) que deberás repetir mentalmente y coordinado con la repetición de la respiración. Una vez hayas encontrado tu mantra, no lo cambies.
- Deja fluir tu mente.
imagen