El cáncer de estómago, también conocido como cáncer gástrico, es un cáncer que se genera dentro de nuestro estómago. Este se considera como uno de los tipos más común de cáncer en todo el mundo y suele afectar más a los hombres que superan los 40 años.
Por suerte, las cifras nos señalan que las muertes relacionadas con este tipo de cáncer van a la baja, algo que se debe principalmente a que las personas han tomado conciencia sobre que ciertos productos como la sal, son dañinos para el cuerpo cuando se consumen en exceso.
Cáncer de estomago
Se ha logrado demostrar que las posibilidades de desarrollar de cáncer al estómago se ven aumentadas si se cuenta con parientes que sufrieron de este problema, cuando se generan infecciones en el estómago, se tiene una inflamación en el estómago, se sufre de anemia o se cuenta con una dieta rica en alimentos salados, así como alimentos ahumados y encurtidos.
Otro factores comunes que pueden estar relacionados con el cáncer de estómago, es el fumar en exceso, además, las personas que cuentan con sobrepeso, tienen un riesgo mayor de desarrollar células anómalas vinculadas al cáncer.
Según investigaciones recientes, la etnia de las personas también podría influir en la generación de este tipo de cáncer, después de todo, las cifras de salud señalan que esta es una enfermedad que ocurre comúnmente en el Japón, seguido de Asia y América del sur. En los lugares en donde esta condición es algo improbable es en Canadá, África y Europa del Norte.
Si analizamos los síntomas vinculados con el cáncer de estómago, se puede señalar que el presentar un dolor en el estómago es el síntoma más común, seguido con el presentar heces muy oscuras. En etapas avanzadas de este cáncer, se pueden tener vómitos con sangre, además de que se generan nauseas y una pérdida de peso vinculada con la pérdida del apetito.
En etapas tempranas de esta enfermedad, los síntomas no suelen ser tan claros y muchas personas piensan que tienen un simple dolor de estómago producto de una indigestión.
La manera habitual para detectar este problema, es el visitar a un médico el cual ordenara exámenes médicos para comprobar la enfermedad. Los exámenes habituales son:
EGD: Conocida como una esofagogastroduodenoscopia, se realiza para poder comprobar el interior de nuestro estómago con una pequeña cámara. Este examen se hace a menudo junto con una biopsia para analizar las células en ciertos tejidos del cuerpo.
CSC: Es un examen de conteo sanguíneo completo, el cual se utiliza para medir las células rojas y blancas en nuestra sangre, además, es utilizada para comprobar la presencia de una eventual anemia.
El tercer método habitual para comprobar la presencia de un cáncer de estómago, es el realizar una serie de radiografías, sin embargo, es un método que ha quedado relegado de cierta manera antes las otras dos alternativas.
Tratamientos del cáncer de estomago
La cirugía para poder extirpar el estómago es el único tratamiento conocido para poder curar este tipo de cáncer. Esta cirugía es llamada como una gastrectomía.
Este tipo de cirugía es realizada mientras el paciente se encuentra inconsciente. Con este tipo de precauciones, el doctor se asegura que el paciente no sienta ningún tipo de dolor durante la cirugía. Durante la cirugía, el médico cirujano deberá evaluar si este realiza una gastrectomía total o parcial dependiendo de la extensión del cáncer en los tejidos.
Tras la cirugía, es posible que se complemente el tratamiento con quimioterapia y radioterapia. Este tipo de alternativa también es aplicada a los pacientes que no pueden ser sometidos a una cirugía. Básicamente, la radiación y quimioterapia pueden ser utilizados para mejorar los síntomas y prolongar la supervivencia, sin embargo, estos no curan el cáncer de estómago.
Como prevenir el cáncer de estomago
Finalmente y una vez más, se puede señalar que lo mejor para controlar el cáncer de estómago, es la prevención. Según lo señalado por instituciones de salud, este tipo de cáncer puede ser prevenido siguiendo una serie de recomendaciones. Recomendaciones que abarcan el dejar de fumar, contar con un peso estable y saludable, incluir en nuestra dieta habitual una gran cantidad de frutas y verduras, además de practicar ejercicios simples como el caminar o andar en bicicleta.