Como muchos ya sabrán, el cáncer es un grupo de patologías diversas que hacen que el organismo de una persona afectada produzca un sobrante muy grande de células malignas, que en ocasiones puede generar metástasis y, por consecuencia, el surgimiento de tumores que pueden llegar a ser malignos (y en muchas ocasiones pueden provocar la muerte).
Imagen de Nuevotiempo
El cáncer de cuello uterino (también conocido como cáncer cervical o carcinoma), por su parte, se desarrolla en la parte fibromuscular inferior del útero que se proyecta en la vagina. Se trata del segundo tipo de cáncer más común entre las mujeres, sin dejar de mencionar que también se constituye como el cáncer más letal para el sexo femenino.
Esto es así porque la gran mayoría de las pacientes que sufren esta patología (especialmente cuando pasan por el estadio IV) mueren después de poco tiempo. Cabe destacar que la mejor forma de salvarse de un cáncer de esta magnitud es detectándolo a tiempo y tratándolo de forma adecuada. Debido a que el cáncer de cuello uterino por lo general no presenta ningún tipo de síntoma, es fundamental que todas las mujeres se realicen la prueba de Papanicolaou de forma anual para poder determinar algún tipo de anomalía.
Por otro lado, cabe destacar que los factores de riesgo del cáncer cervical pueden variar en función tanto de las características del virus como las del infectado. Por otro lado, es fundamental considerar que tanto el cáncer de cuello uterino como cualquier tipo de cáncer pueden desarrollarse en pocos meses o bien producirse durante más de diez años.
Principales síntomas y diagnóstico
El cáncer cervical se suelen desarrollar en su mayoría en aquellas mujeres que no se someten a revisaciones médicas de forma regular. Los síntomas de esta patología comprenden una hemorragia anormal (fuera del período de menstruación), aumento inexplicable del flujo vaginal, dolor en el pubis y sensaciones molestas cuando se tienen relaciones sexuales (coito).
En lo que respecta al diagnóstico de cáncer de cuello uterino, es fundamental considerar que esta enfermedad rara vez produce síntomas. A pesar de esto, en ocasiones se suelen producir los síntomas que mencionamos anteriormente, por lo que es fundamental que haya una investigación médica urgente. Si bien estos síntomas pueden indicar otro tipo de trastorno, también se podría tratar de cáncer cervical por lo que es necesario tratarlo de forma inmediata.
Tratamiento y prevención
El tratamiento para el cáncer cervical varía según la extensión del cáncer, pero por lo general consiste en cirugía, terapia de radiación o quimioterapia. La terapia se debe escoger dependiendo de la gravedad del cáncer en cuestión.
Con respecto a los métodos de prevención que se pueden emplear en contra de esta patología, es fundamental que las mujeres se vacunen en contra del virus del papiloma humano. Por otro lado, es de suma importancia someterse a la prueba del Papanicolaou cada año y evitar mantener relaciones sexuales con muchas personas (de lo contrario es fundamental el uso de preservativos).
Por último, es importante tener en cuenta que el tabaco y la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas también pueden contribuir al desarrollo de esta enfermedad.
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