Es un hecho que cada vez vivimos más, nuestra esperanza de vida aumenta y con ello también deseamos estar bien la mayor cantidad de años posibles, ayudando a nuestro cuerpo a permanecer bien por más tiempo. Para ello hay muchas cosas que podemos hacer, que se engloban en el llevar un estilo de vida saludable, lo que nos ayudará a vivir mejor. Para saber cómo podemos vivir mejor por más tiempo, en VivirSalud te comentamos cómo lograr una buena calidad de vida en la vejez.
¿A qué se refiere la calidad de vida?
El obtener una buena calidad de vida se refiere a lograr tener salud, es decir, es un concepto amplio que se refiere a que las personas estén bien física y sicológicamente, dentro de las posibilidades de su edad. En los adultos mayores podemos considerar que una calidad de vida tenga que ver con que puedan ser autosuficientes, que se sientan valorados y queridos, y que puedan realizar diversas actividades de sociabilización. Además, que puedan contar con una salud que, ya sea tomando medicamentos que controlen sus enfermedades, les permita llevar una vida adecuada.
La calidad de vida para ellos
Lo mejor es que le preguntemos directamente a los ancianos qué consideran ellos como calidad de vida, lo que se hizo en un estudio por una fundación de EE.UU., donde las personas de la tercera edad dijeron que los que les otorgaba una buena vida era:
Tener una buena salud y poder desarrollar actividades diarias.
No tener ansiedad ni depresión, es decir, tener una buena salud mental.
Tener buenas relaciones sociales con la familia y los amigos.
Poder tener un tratamiento para la enfermedades crónicas que posean.
Poder mantener la independencia en el hogar.
Ya que sabemos qué es importante para ellos, tenemos que ponernos a pensar cómo pueden lograr esa calidad de vida tan esperada por ellos y tan deseadas por nosotros como familiares.
¿Cómo lograr una buena calidad de vida?
Hacer ejercicio:
Para que puedan gozar de una buena salud es necesario que se mantengan activos y que se ejerciten constantemente dentro de sus posibilidades. Pueden asistir a clases de gimnasia o hacer algún ejercicio en casa viendo televisión, pero lo mejor será siempre que un especialista les explique qué ejercicios pueden hacer. También pueden practicar yoga, taichí o alguna otra técnica que les ayude a relajarse y a mantener sus músculos y articulaciones correctamente.
Rol activo
Otro factor determinante es la educación. El estudio de la UC demostró que los adultos mayores que tienen mayores niveles educacionales leen más y hacen más actividad física.
«La educación influye además en la percepción de autoeficacia, es decir, en la capacidad de los adultos mayores de tener control sobre lo que les ocurre. Por tanto, la persona educada adopta un rol activo frente a su proceso de envejecimiento», explica Carmen Barros.
Esta variable también afecta la forma en que se percibe a la sociedad. «A menor nivel educacional, los adultos mayores tienen una sensación de que el mundo es más hostil hacia ellos», explica Parada.
Así, por ejemplo, el 46% de los adultos mayores de Providencia cree que no se los respeta. Entre los que sólo tienen educación básica la cifra llega a 66%, mientras que entre los de nivel universitario, la percepción de no ser respetado sólo la tiene el 36%.
Algo similar ocurre con la sensación de ser o no comprendidos por los demás, lo que también afloró como una variable vinculada a la calidad de vida en el estudio de Providencia. El 74% de los mayores que sólo tienen estudios básicos se siente incomprendido; bastante más que los que llegaron a la universidad (52%).
En lo que la gran mayoría de los adultos mayores coincide es en que la familia es un pilar fundamental de la calidad de vida. Y los estudios muestran que es en la pareja donde los mayores encuentran su soporte incondicional. «La viudez tiene un impacto muy importante en la calidad de vida y la sensación de soledad, y este peso se lo llevan más fuertemente las mujeres, que viven más tiempo», explica Carmen Barros.
El ejercicio reduce el riesgo cardiaco, mejora la hipertensión arterial, los valores elevados de glucemia en la diabetes, controla el peso, baja los niveles de colesterol malo (LDL) y eleva los del colesterol bueno (HDL), mejora la capacidad respiratoria y la reserva coronaria.
Hacer actividad física mejora el estado de ánimo, en especial la depresión, el sueño, la agilidad mental, facilita un mejor tono muscular (evita la atrofia muscular) y flexibilidad lo que posibilita una buena deambulación, favoreciendo la movilidad articular, evitando las caídas, además de evitar ciertas discapacidades, favoreciendo el tratamiento de patologías que cursan con dolor.
Asimismo, previene la osteoporosis y el cáncer de colon, además de aumentar la integración social y mejorar la sensación de bienestar general.
La tercera edad es el momento en que muchos individuos tienen o aparecen un sin número de enfermedades, que si se aplica la actividad física obtienen una buena calidad de vida, previniendo esos eventos.
Lo aconsejable para toda persona que quiera comenzar actividad física, es realizar una evaluación cardiológica para determinar que actividad puede realizar, intensidad del trabajo, tiempo, frecuencia semanal.
Lo recomendable es el ejercicio de tipo aeróbico que utiliza más el oxígeno, como el caminar, trotar, bailar, nadar, andar en bicicleta etc.
Evitar la sobrecarga y los saltos ya que las articulaciones de las personas mayores no siempre están en las mejores condiciones para soportar un peso o choque.
La intensidad del trabajo físico debe ser suave a moderada, la frecuencia puede ser diaria o de 3 veces a la semana, sugiriendo comenzar con 20 minutos e ir progresando hasta los 60 minutos, el médico lo orientará en el tipo de actividad más conveniente y en general la frecuencia cardiaca sugerida estará entre el 60% y el 80% de la máxima.