Asma: origen y prevención

Jesus L. Rodriguez

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Comprender cómo es el proceso de un ataque de asma nos permite tener mejores herramientas para prevenirlo o remediarlo.

¿Cómo se produce un ataque de asma?

Cuando sucede una irregularidad en el ciclo de la respiración, por la cual se acumula el aire en los bronquios y pulmones y el paciente no lo puede expulsar, se habla de ataque de asma. Veamos cómo sucede esto.

El ciclo de la respiración de forma completa se hace en tres tiempos: inspiración, espiración y pausa. Normalmente estos tiempos se regulan automáticamente, pero cuando falla esa regulación, la fase de la espiración no se completa y el nuevo ciclo respiratorio se inicia con un residuo de aire en el aparato respiratorio proveniente del ciclo anterior.

Si esta secuencia se repite, el ciclo respiratorio se inicia en forma cada vez más prematura, el aire residual se va acumulando y aumentando su presión en el interior del tórax, los músculos inspiratorios hacen un esfuerzo enorme y la angustia del paciente crece, mientras los que están a su alrededor y no comprenden el proceso creen que le falta aire y abren las ventanas, cuando en realidad lo que le pasa es que no puede expulsar el aire que le sobra.

¿Cómo actuar ante un ataque de asma?

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Ante un ataque de asma, lo más inmediato y urgente para devolver al paciente su capacidad respiratoria es el broncodilatador, el conocido frasquito en aerosol que los asmáticos llevan constantemente en su bolsillo porque nunca saben en qué momento se va a producir el ataque. Pero esta no es más que una solución de emergencia, no exenta de riesgos para el organismo.

Nuevos hábitos como prevención

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En cambio, la adquisición de ciertos hábitos contribuye a disminuir la frecuencia de los ataques de asma y después de un tiempo lograr que los síntomas desaparezcan. En primer lugar, hay que ampliar la capacidad respiratoria.

Para esto son aconsejables los ejercicios respiratorios, prestando atención especialmente al movimiento de la espiración, y cuando parezca que ya ha salido todo el aire, hacer un esfuerzo para soltar todavía un poco más. Luego, alargar la pausa todo lo posible, no volviendo a tomar aire hasta que el cuerpo lo exija.

Son también de gran ayuda los ejercicios de relajación física y mental, ya que las perturbaciones del ánimo a causa de tensiones, disgustos y otras emociones negativas son una de las causas de los ataques de asma. Incluimos entre estos recursos la práctica de la meditación, que tiene efectos muy beneficiosos para el cuerpo y la mente.

Otra de las precauciones que se pueden tomar es que el ambiente donde el paciente vive y trabaja sea limpio, libre de humo, olores fuertes y sustancias que al inhalarlas sean irritantes para el sistema respiratorio, como el polen de las plantas.

También hay que tener cuidado con las alfombras, cortinas y tapizados que puedan juntar polvo, son peligrosos para el asmático, así como las almohadas de plumas, aunquie éstas ya casi no se usan.

Es posible vencer al asma. Lleva tiempo y perseverancia, pero el esfuerzo vale la pena.

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