El asma es una enfermedad respiratoria que se caracteriza por la contracción y/o estrechamiento de los bronquios, lo que dificulta enormemente la respiración en las personas que la padecen. Algunos factores que agravan o empeoran la enfermedad son los cambios de clima, el ejercicio físico o el estrés.
En España, entre un 5 y 10% de los niños sufre asma, siendo la enfermedad crónica más frecuente en los niños menores de 14 años y adolescentes. Además, en los últimos años, sabemos que la incidencia del asma ha aumentado enormemente en la infancia.
El diagnóstico de la enfermedad es más dificil de realizar en la infancia que en la edad adulta. Por esta razón, y con motivo del Día Mundial del Asma (que se celebró el pasado martes), te explicamos qué factores producen la enfermedad, cuáles son los síntomas más comunes y cómo se diagnostica. También te ofrecemos 5 valiosos consejos para evitar la aparición de un brote de asma en los niños.
¿Por qué se produce el asma infantil?
La comunidad científica desconoce la causa real que produce la aparición del asma infantil. Sin embargo, sabemos que esta enfermedad se puede desarrollar por varios factores: la predisposición genética y el contacto con determinadas sustancias o agentes externos, que pueden desencadenar una crisis asmática en los niños y adultos.
En cuanto a la herencia genética, los niños cuyos padres son asmáticos tienen más predisposición a desarrollar la enfermedad en la infancia. Los primeros síntomas del asma suelen aparecer antes de los 5 años. En cambio, algunas sustancias o agentes externos, como la contaminación atmosférica, el contacto con el polen, el polvo, los hongos, el humo del tabaco, los alérgenos animales (caspa animal), la práctica de deporte o el consumo de algunos alimentos -como los huevos, el trigo o la leche- también favorecen la aparición del asma.
Los padres no debemos confundir asma y alergia, ya que son enfermedades distintas. Sin embargo, conviene saber que la causa más frecuente del asma es la alergia a determinadas sustancias, como las que acabamos de señalar. El asma es una enfermedad que no se cura, pero sus síntomas se pueden controlar. Los niños pueden hacer una vida normal como la de cualquier otro niño, incluso practicar deporte, siguiendo un control médico de la enfermedad.
¿Cómo se manifiesta y diagnóstica el asma en los niños?
El asma es una enfermedad crónica que se manifiesta con la aparición de sibilancias, pitidos en el pecho, y dificultad para respirar. Otros síntomas son tos persistente, congestión nasal, cansancio y dolor en el pecho. Estos síntomas mejoran y empeoran en función de algún desencadenante que haga aparecer los síntomas, como hemos señalado en el apartado anterior.
El diagnóstico de la enfermedad se realiza observando al niño, valorando la aparición e intensidad de los síntomas y analizando el historial clínico familiar en la consulta del pediatra. Recuerda que algunas enfermedades, como la bronquiolitis, tienen una naturaleza distinta a la del asma, aunque comparten algunos de sus síntomas, como los ruidos en el pecho al respirar, entre otros.
Existen algunas pruebas que se conocen como espirometrías que miden la capacidad pulmonar, y que nos pueden ayudar a saber si nuestro hijo padece asma. Si sospechas que tu hijo puede tener asma, conviene que acudas al pediatra. El médico realizará las pruebas necesarias para diagnosticar o descartar la enfermedad.
¿Qué podemos hacer para evitar la aparición del asma?
Existen algunas medidas que nos pueden ayudar a evitar la aparición de crisis asmáticas en los niños. A continuación os mostramos 5 sencillos y valiosos consejos:
1. Evita la acumulación de polvo en el hogar. Limpia bien los muebles, las encimeras y las esquinas de las habitaciones.
2. Utiliza fibras sintéticas para vestir la cama del niño. El poliester es un tejido que acumula menos polvo que el algodón o la lana, a pesar de ser de menor calidad.
3. Evita el uso de alfombras en casa, ya que acumulan mucho polvo. Utiliza la aspiradora en lugar de la escoba para limpiar el suelo.
4. Evita los animales con plumas o pelo, como los pájaros, perros o gatos.
5. No fumes en lugares cerrados en los que pueda estar presente tu hijo.
En tu caso, ¿tu hijo tiene asma?, ¿qué medidas te ayudan a evitar un brote de asma? Compártelas con nosotros.
Autora: M. Abalo