La práctica del yoga es un largo sendero que nos guía hacia la sabiduría y el bienestar. Esto es importante tener en cuenta para los que recién están comenzando, hay que saber que algunas posiciones o asanas y ciertas técnicas del yoga avanzadas pueden traer algunos síntomas no deseados en los principiantes.
Es por eso que se comienza con ejercicios básicos que no son demasiado exigentes. En youtube hay muchos videos de yoga para principiantes.
1. Postura de la montaña (Tadasana)
Párate con los pies paralelos. Para darte estabilidad puedes separar ligeramente los talones. Mira hacia el frente, con la quijada paralela al piso, con la columna recta y los brazos a cada lado del cuerpo, estirados, al igual que los dedos de las manos. Relaja los hombros. Activa los muslos y la columna y siente cómo se elevan. Expande el pecho, eleva el abdomen y abre los hombros. Siente cómo “creces” desde el piso y tu columna se estira hacia el cielo. Distribuye muy bien el peso en los dos pies y plántate muy bien en los dedos y la parte frontal del pie. Respira profundamente y toma conciencia de cada parte de tu cuerpo, cómo estás parado firmemente sobre la tierra y cómo esta te da solidez y vitalidad. Una variación de la montaña es con las manos juntas frente al pecho, manteniendo los hombros relajados. Cierra los ojos y haz diez respiraciones lentas y profundas. Tadasana nos hace conscientes del cuerpo, nos da estabilidad interior y nos conecta con la tierra.
2. Postura del árbol (Vrksasana)
Comienza en la postura de la montaña. Junta tus manos frente a tu pecho, manteniendo los hombros relajados. Lleva la mirada a un punto fijo a la altura de tus ojos. Eso te ayudará a mantener el equilibrio. Lleva todo el peso de tu cuerpo a la pierna derecha. Plántate muy bien en los dedos y la parte frontal del pie. Levanta el pie izquierdo y lleva la planta a la parte interna de tu muslo derecho, los dedos de tus pies apuntando hacia el suelo. Si te es más cómodo, apóyala en tu pantorrilla, pero nunca sobre la rodilla. Puedes mantener las manos juntas sobre el pecho o elevar los brazos hacia el cielo, estirados a cada lado de tu cabeza, como un árbol que crece. Mantén la postura durante treinta segundo y repite con la pierna contraria. El árbol nos da concentración y equilibrio físico y mental.
3. Guerrero I (Virabhadrasana)
Comienza en la montaña y separa las piernas alrededor de 1.2 metros de distancia. Gira el pie derecho 90 grados y el izquierdo 45 grados. Los talones deben estar alineados. Mantén la pierna izquierda estirada y firme. Gira el torso hacia la derecha y dobla la pierna derecha en un ángulo de 90 grados con respecto al piso (nunca más allá porque puede lastimarse), de manera que el muslo esté paralelo al piso; mira que tu rodilla esté alineada con el pie. Asegúrate de que tu cadera quede bien cuadrada hacia el frente y que no se haya abierto hacia la izquierda. Estira los brazos por encima de tu cabeza, perpendiculares al suelo, con los dedos estirados hacia el techo y mantén la postura. Respira. Repite con el lado opuesto. Esta postura fortalece piernas, los hombros y las espalda, mejora la postura y nos da la fuerza del guerrero.
4. Triángulo (Trikonasana)
Separa las piernas alrededor de un metro o 120 cms, de acuerdo con tu estatura. Fíjate que tus pies estén paralelos uno al otro y que estén apoyados firmemente. Equilibra tu peso en ambos pies igualmente y siente la estabilidad. Gira el pie derecho 90 grados hacia tu derecha. Lleva los brazos paralelos al piso, levanta el brazo izquierdo paralelo a tu cabeza. Sintiendo el estiramiento en tu costado izquierdo y manteniendo la cadera recta hacia el frente, desliza la mano derecha y déjala que se apoye en la pantorrilla o muslo (no la rodilla): donde tu cuerpo pueda llegar sin forzarlo y sin que tus caderas giren. Si tienes suficiente estabilidad, abre el pecho y gira la cabeza hacia el cielo. Respira unos segundos y cambia de lado. El triángulo es una postura que nos centra y nos da estabilidad interior.
5. Perro mirando hacia abajo (Adho mukha svanasana)
Arrodíllate y apoya las manos sobre el suelo, con la espalda horizontal y recta. Tus manos deben estar justo debajo de tus hombros y tus rodillas justo debajo de tus caderas. Levanta las cadera y estira las piernas. Abre los dedos muy bien, de manera que te den una base sólida. Empuja desde arriba, intentando apoyar los talones de tus pies totalmente contra al piso. Para que sea relajante y meditativa, abre los omóplatos y suelta la tensión en la cabeza. Mantén las piernas estiradas y siente cómo te das un buen estiramiento mientras estás bien conectado con la tierra. Estira hombros, muslos y pantorrillas, abre el pecho, y fortalece las piernas y los brazos. Se recomienda en días de calor.
6. Postura del pez (Matsyasana)
Acuéstate boca arriba sobre el mat o cobija. Lleva los brazos debajo del cuerpo tan pegados entre sí como sea posible, las palmas de las manos mirando hacia el suelo y tan abajo como puedas, idealmente bajo tus muslos. Mantén las piernas estiradas. Haz presión sobre tus codos y desde aquí eleva la parte superior del cuerpo, mira hacia tus pies. Luego abre el pecho lo que más puedas y manteniendo esta apertura, apoya la corona de la cabeza en el suelo, suavemente. La mayor parte del peso debe estar en los antebrazos. Respira profundamente por veinte segundos. Siente cómo tu capacidad pulmonar está siendo totalmente aprovechada. Favorece la respiración y alivia problemas respiratorios. Abre el chakra del corazón, libera emociones estancadas.
7. Postura del niño (Balasana)
Arrodíllate y pon tu frente en el piso. Una variación de esta postura es con los brazos estirados frente a la cabeza, como en la imagen para que haya un estiramiento en los hombros. Para una mayor relajación física y mental, los brazos se dejan caer hacia atrás, de forma paralela al cuerpo. Relaja los hombros y permite que el peso de la cabeza recaiga totalmente sobre el piso, dándote sosiego, apoyo y confianza. Esta es una postura de relajación, por lo que, a diferencia de otras posturas que requieren atención, activación de cada parte del cuerpo y en algunos casos, incluso fuerza, esta postura implica lo contrario: soltar y no tener tensión alguna. Nos da calma, descanso y sosiego.
8- Postura de la cabeza en las rodillas (Paschimottanasana)
Siéntate con las piernas estiradas hacia adelante. Siente los isquiones; para esto puedes acomodar mejor las nalgas. Inhala y estira los brazos hacia el lo más que puedas a cada lado de tu cabeza y conservando este estiramiento, exhala y dóblate hacia delante desde la cadera, como tu fueras a tocar la pared que tienes en frente. Cuando ya no puedas estirar más hacia adelante, pero conservando la columna recta, agarra tus dedos de los pies, pero si no alcanzas (¡no importa!) agarra tus tobillos o pantorrillas. Asegúrate de que tus pies siguen juntos, flexionados, las piernas estiradas. Cierra los ojos. La idea no es llevar la frente a las rodillas, sino el pecho hacia los muslos. Respira profundamente y al exhalar intenta bajar un poco más, desde el pecho. Una de las posturas clásicas, estira toda la parte posterior del cuerpo, mejora la digestión y se dice que ayuda a disminuir la grasa corporal.
Aquí nos vamos a encontrar con posturas, instrucciones y recomendaciones para comenzar en la practica del Hatha Yoga, que es la rama del yoga más practicada alrededor del todo el mundo.