El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EEUU podría haberle dado el golpe de gracia a la prueba del PSA, que se usa de forma rutinaria para la detección precoz del cáncer de próstata en varones mayores de 50 años. Este comité ha elevado una recomendación para que los médicos dejen de usar este test en hombres sanos ya que no salva vidas y conlleva muchas veces otros problemas.
En sus conclusiones, que han aparecido en la publicación ‘The Cancer Letter’ y que se harán oficialmente públicas la semana que viene, este Grupo de Trabajo recomienda que la prueba del PSA deje de hacerse sistemáticamente a los mayores de 50 años porque no reduce la mortalidad por cáncer de próstata y «lleva asociados daños provocados por los tests y tratamientos [derivados de los resultados], algunos de los cuales quizá sean innecesarios».
El informe podría poner fin al ‘screening’ del cáncer de próstata en EEUU y a un debate que lleva años sobre la mesa de los urólogos. «La cuestión forma parte de las discusiones habituales en las reuniones científicas y los congresos», dice Carlos Hernández, jefe de Urología del Hospital Gregorio Marañón. «Pero no está zanjada aún, porque hay evidencias científicas que apoyan ambas posturas [que disminuye y no la mortalidad]».
El PSA (siglas en inglés de antígeno prostático específico) es una sustancia que produce fundamentalmente la próstata, no es un marcador tumoral. «Pero, cuando se eleva, puede ser un indicador de que hay cáncer», explica Hernández. El problema es que sus niveles también varían con la edad, con el tamaño de la próstata, durante una infección, cuando hay inflamación… «Es el especialista el que debe conocer y matizar todo esto».
Y aunque hay tablas que en función de las variables calculan el riesgo de que ese paciente en concreto tenga un cáncer, los errores son frecuentes. Estos fallos, lo que se conoce como falsos positivos, llevan a los pacientes a someterse a otras pruebas (biopsias, por ejemplo) y, en ocasiones, también a tratamientos que pueden tener consecuencias negativas para su salud, como incontinencia o impotencia.
Según los datos presentados en el informe, procedentes de cinco ensayos clínicos, «las pruebas no muestran que esta prueba salve la vida de los hombres», ha declarado Virginia Moyer, catedrática de Pediatría del Baylor College of Medicine y presidenta del Grupo de Trabajo. «Este test no puede decirnos la diferencia entre los cánceres que afectarán o no a un hombre durante su vida. Tenemos que encontrar a uno que lo haga», añade esta experta en las páginas de ‘The New York Times’.
Si los médicos y las sociedades científicas siguen las recomendaciones de estos expertos, cosas que suelen hacer, la detección de PSA -el único método de cribado aprobado para el cáncer de próstata- dejará de utilizarse de forma rutinaria en varones sanos. En aquéllos con factores de riesgo, antecedentes familiares o que ya hayan sido operados de un tumor, se seguirá empleando.
En nuestro país, desde hace tiempo, «la Sociedad Española de Urología recomienda la búsqueda activa de casos. Es decir, de pacientes que llegan con sintomatología urinaria a la consulta«, indica Hernández, vicepresidente de la organización. «A estos se les recomienda la prueba». Alrededor del 30% de los varones mayores de 50 años presenta síntomas, porcentaje que aumenta con la edad.
Aunque, de lo que se aconseja desde los despachos a lo que se hace en las consultas, muchas veces hay un mundo. «Nadie quiere asumir que un varón que ha pasado por el urólogo vuelva dos años después con un cáncer preguntando por qué no se le hizo una determinación de la PSA», reconoce Hernández. «Muchos hombres conocen que existe la prueba y la demandan», añade.
«Hay que poner un poco de sensatez y creo que el concepto que más se ajusta a esta situación es el de la búsqueda activa», concluye el especialista español.