La búsqueda de la sanación tiene dos vertientes: la medicina tradicional y la alternativa. Generalmente los tratamientos alternativos son utilizados a la par de la medicina convencional, potenciando el efecto de la misma en la mayoría de los casos. Hoy veremos qué es la terapia con pirámides.
La terapia con pirámides es un tratamiento alternativo que utiliza la forma de las pirámides para ayudar a fluir energía proveniente de cada uno de nosotros, y lograr de ese modo la curación a través de nuestra propia energía. Con este tipo de terapias se tratan condiciones tales como la fatiga, depresión, ansiedad, tensión o resfriados entre otras.
Como se usa
Para realizar este tratamiento, la persona debe estar acostada cómodamente, en un ambiente relajado y con suficiente luz natural, pueden utilizarse velas o incienso para ayudar a la relajación.
La pirámide es manejada por un especialista en este tipo de sanación, éste la sostiene en su mano mientras la aplica suavemente sobre la superficie de la piel; la idea es que se forme un conducto para que la energía natural contenida en el cuerpo empiece a fluir y se corrijan los desequilibrios entre la mente, el cuerpo y el espíritu.
Se puede incluir música
Dependiendo del especialista, también pueden estar incluidos mantras o música de relajación para ayudar a enfocar la mente. Otro modo de realizar este tipo de terapia es llevar algún accesorio de joyería que contenga una pirámide, lo ideal es que el material de la pirámide sea natural como madera o piedras, pues estos son mejores conductores de energía.
Si buscas una manera diferente de mejorar tu salud nunca está de más probar con alguna terapia alternativa, pues no suelen ser invasivas y sus efectos se observan a corto plazo; prueba la curación a través de las pirámides y cuéntanos tu experiencia.
Historia
En la década de 1930, un turista francés llamado Antoine Bovis que visitaba Egipto vio un gato momificado dentro de la Gran Pirámide de Giza. Asombrado por el hecho de que el cadáver del animal no se hubiera descompuesto, Bovis decidió experimentar con un modelo a escala de dicha estructura: reprodujo sus proporciones con exactitud y orientó las caras de la pirámide hacia los cuatro puntos cardinales; luego metió un gato muerto en el modelo y descubrió que no se descomponía. Más tarde hizo lo mismo con diversas frutas y verduras y obtuvo resultados similares.
Los científicos de su tiempo no vieron ningún valor en sus hallazgos, pero algunos se interesaron en el fenómeno y continuaron las investigaciones, sobre todo en Estados Unidos. Allí, en el decenio de 1970. Bill Schul y Ed Pettit publicaron un informe en el que aseguraban que unas plantas de girasol colocadas dentro de una pirámide crecían más rápidamente que en otros sitios, y que la germinación de las semillas también se aceleraba.
Schul y Pettit hicieron varias pruebas con muestras de leche: encontraron que mientras las de control se agriaban y enmohecían al cabo de unos días, las colocadas dentro de una pirámide se convertían en una sustancia cremosa y sin moho después de seis meses.
También experimentaron con tomates, uvas, huevos, hígado de ternera, carne de vacuno y pescado, y los resultados fueron similares: las muestras de control se echaban a perder, en tanto que las de la pirámide se deshidrataban y encogían pero no se descomponían. Efectos muy parecidos se obtuvieron con pirámides de vidrio, madera, cartón y plástico.
Los hallazgos de Schul y Pettit hicieron creer que la reproducción de las bacterias se detenía dentro de las pirámides. Esta suposición fue respaldada posteriormente al comprobar que ciertas personas que habían pasado un tiempo dentro de un modelo de pirámide, sanaban muy rápidamente de las cortaduras, quemaduras y moretones que tenían. (Las pirámides a escala también se han usado para aliviar dolores reumáticos, de muelas y de cabeza, calambres y tensión muscular.)
Otros investigadores también efectuaron pruebas con resultados sorprendentes: por ejemplo, que la actividad eléctrica del cerebro cambiaba en forma notoria al permanecer dentro de una pirámide, incluso cuando se les vendaban los ojos a los sujetos del estudio para que no supieran en qué momento eran colocados dentro del modelo.
Beneficios y prácticas comunes
Los defensores de la terapia con pirámides afirman que estar dentro de una pirámide, ya sea una estructura física o una réplica a menor escala, puede ayudar a reducir el estrés, mejorar el sueño, aumentar la concentración y promover la curación. Se cree que el campo energético generado por la forma de la pirámide puede armonizar el flujo de energía del cuerpo.
Técnicas de aplicación
La terapia con pirámides se realiza de diversas formas. Algunos practicantes utilizan pirámides construidas con materiales específicos, como metal o vidrio, mientras que otros prefieren modelos más pequeños hechos con materiales naturales como madera o cartón. También se han desarrollado dispositivos como pirámides portátiles o incluso colchones con forma de pirámide para su uso terapéutico.
Investigación y escepticismo
A pesar de las afirmaciones de beneficios para la salud, la terapia con pirámides ha generado debates. Algunos científicos cuestionan la validez científica de estas prácticas, argumentando que no hay evidencia sólida que respalde los supuestos efectos terapéuticos de las pirámides en la salud humana.
Conclusión y consideraciones finales
La terapia con pirámides es una práctica que ha despertado tanto admiración como escepticismo. Para muchos, representa una exploración fascinante de la relación entre la forma, la energía y el bienestar humano. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la ciencia aún no ha respaldado completamente sus presuntos beneficios.
Muchas de esas personas revelaron haber tenido una agradable sensación de calidez cuando se hallaban en el interior de la pirámide, así como un aumento de la vitalidad y el bienestar.