El TDAH son las siglas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Es un trastorno originado en la infancia. Incluye un déficit de atención, hiperactividad, impulsividad… Es uno de los trastornos infantiles más frecuentes, por encima de la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
Se calcula que en la UE (Unión Europea) un porcentaje de 5% de niños y adolescentes padecen de TDAH. En España, es de 6,8%.
Se adquiere desde una edad temprana (antes de los 12 años), debido a ello, la intensidad y frecuencia será diferente según la edad del niño. Es posible que este trastorno interfieran significativamente en el rendimiento del niño en su ámbito familiar y escolar. Es probable que se reconozca este trastorno cuando el niño empieza la educación primaria.
Causas del TDAH:
Es imposible identificarse una causa desencadenante, pues es un trastorno resultado de diversos factores de riesgo. Sin embargo, se piensa que las causas son factores genéticos (el TDAH se hereda en un 76%, esto es que, este porcentaje son los pacientes que se les vincula el TDAH con los genes) y ambientales ( bajo peso al nacimiento, consumo de alcohol o tabaco durante el embarazo, prematuridad…)
Síntomas del TDAH:
No todos los niños con TDAH presentan los mismos síntomas, ni siquiera con la misma intensidad. Podremos diferenciar tres síntomas.
– Predomina su falta de atención (frecuente entre niñas)
– Periodos de hiperactividad o impulsividad
– Combinacion de periodos de falta de atención – hiperactividad – e impulsividad.
¿Cómo detectar la hiperactividad, impulsividad o falta de atención?
Hiperactividad:
Es detectable en diferentes etapas de la vida
- Se mueve en momentos inadecuados
- Habla en exceso
- Dificultad para relajarse
- Produce ruidos constantemente
- Dejar alguna actividad a medias
- Falta de constancia
Impulsividad:
- Impaciencia
- No espera a su turno
- No piensa previamente a actuar
- Sus respuestas son espontaneas
- Tiende a toquetear las cosas.
- Presenta conflictos con los adultos
Deficit de atención:
Más difíciles de percibir en edades muy tempranas, aunque suele iniciarse en la etapa escolar. Persistirá de forma significativa durante la adolescencia y la edad adulta
- Dificultad para mantener una conversación larga
- Le cuesta escuchar, o seguir ordenes e instrucciones
- Incapacidad de finalizar tareas
- Pierde u olvida objetos
- Inconcluyente
- Evita las actividades que requieren un alto nivel de atención
- Cambia de conversación con frecuencia
- Presenta dificultades para seguir normas, o detalles de juegos.
Es importante detectar el trastorno lo antes posible, pues los síntomas tienden a agravarse o a aparecer otros.