La amapola es una planta anual que puede alcanzar 50 centímetros de altura. Tiene tallos erectos y poco ramificados con flores de un color rojo intenso con forma de campana. Los pétalos son muy delicados y se marchitan rápidamente por lo que a pesar de ser unas hermosas flores no pueden ser usadas como adornos florales.
Las hojas son levemente toxicas pero pueden consumirse sin problemas después de cocinarse y resultan muy sabrosas. Las propiedades de la amapola se obtienen de las hojas y flores de la planta y provienen de los alcaloides que contiene, en especial la rhoeadina, un alcaloide con efectos sedantes.
No debe confundirse con la variedad de la misma familia, la adormidera, también llamada opio, cuya composición contiene un alcaloide muy poderoso, la morfina.
La amapola no es una fuente de narcótico y las propiedades sedantes y analgésicas eran aprovechadas desde tiempos antiguos por las madres que daban a sus hijos alimentos con amapola para que duerman tranquilos durante varias horas seguidas. También se utilizaba la amapola agregando algunas flores a jarabes para la tos, haciéndolo mas potente y efectivo.
El poder que tiene para inducir el sueño ha sido utilizado por siglos especialmente en bebes recién nacidos, en casos de partos traumáticos o por algún problema de salud que requería sedar al bebe o hacerlo dormir.
Sus efectos sedantes y analgésicos han sido ampliamente aprovechados por la medicina herbal, especialmente para su aplicación en niños y ancianos. Se le atribuye una capacidad efectiva para combatir casos de hiperactividad, para el insomnio, el asma y la irritabilidad nerviosa.
La planta entera, cosechada en el momento de su florescencia, es decir, en verano, posee efectos medicinales, pero especialmente sus flores.
Estas, una vez recolectadas, se desecan, con las debidas precauciones, en graneros o al calor de una estufa. Luego se criban para separar los estambres, los huevos de insectos, etc. y se guardan, todavía calientes, en bolsas donde se las comprime enérgicamente, depositándolas en sitios secos.
Esta planta es sudorífica, emoliente, algo calmante, pectoral y antitusiva, y de efectos ligeramentenarcóticos, sobre todo sus flores o pétalos. Estos, de olor fuerte y desagradable y de sabor amargo, se usan principalmente contra los catarros pulmonares, la tos ferina, las anginas y las fiebres eruptivas, elcoqueluche, los reumas y las irritaciones intestinales.
Su uso es recomendable en estados de estrés que se manifiestan de forma somática. Es importante que tengamos en cuenta que no es bueno un abuso a la hora de ingerir estas semillas, ya que al tratarse de un sedante no es demasiado recomendable excedernos. Aunque si en vez de ingerir las semillas de forma directa optamos por la infusión, el impacto es mucho menor, aunque afecta a las mismas partes del organismo, pues crudas o en infusión, las semillas de amapola son un buen remedio para los nervios.
Las semillas de amapola las podemos encontrar en diferentes tiendas especializadas y herboristerías, aunque cada vez son más los alimentos que las contienen, en especial los panes multicereales. Se suelen presentar tostadas, y tienen un sabor dulzón que dota al alimento de un toque especial, y a nuestro organismo de muchos beneficios.
El poder que tiene para inducir el sueño ha sido utilizado por siglos especialmente en bebes recién nacidos, en casos de partos traumáticos o por algún problema de salud que requería sedar al bebe o hacerlo dormir.
Sus efectos sedantes y analgésicos han sido ampliamente aprovechados por la medicina herbal, especialmente para su aplicación en niños y ancianos. Se le atribuye una capacidad efectiva para combatir casos de hiperactividad, para el insomnio, el asma y la irritabilidad nerviosa.
Normalmente se toma una infusión diaria sumergiendo dos cucharadas de pétalos de amapola secos en agua hirviendo durante diez o quince minutos. También encontramos tintura o extracto de amapolas, en este caso se toman de 2 a 4 mililitros.