El tusilago es una hierba silvestre que se conoce con muchos nombres –uña de caballo, fárfara, pie de asno, entre otros– y luce muy parecida al diente de león. Tiene hojas grandes en forma de pezuñas y flores amarillas. Debido a sus propiedades, desde tiempos pasados se le ha empleado para curar diversas dolencias. Veamos los principales usos medicinales que dicha planta posee.
Usos medicinales del tusilago
Uso interno
El tusilago puede ser ingerido para curar los siguientes trastornos:
Bronquitis
Catarros
Tos ferina
Laringitis
Neumonía
Congestión de las vías respiratorias
Cistitis
Aplicación externa
El tusilago se puede aplicar externamente en casos de:
Quemaduras
Inflamaciones
Úlceras de la piel
Picadas de insectos
El tusílago contiene abundantes mucílagos, taninos, inulina, flavonoides y alcaloides que le confieren su probada acción antitusígena y expectorante. Asimismo, es un eficaz protector de las mucosas, lo que convierte a esta planta en uno de los remedios más valiosos para combatir la tos, aliviar los catarros respiratorios y despejar las vías respiratorias, impidiendo al mismo tiempo que se desarrollen las inflamaciones de faringe, laringe, amígdalas y bronquios.
El tusílago actúa con probada eficacia contra aquellas toses persistentes e irritativas que cuesta hacer desaparecer, al tiempo que ayuda a bajar la temperatura corporal. Por su fuerza para limpiar los bronquios y regenerar las mucosas respiratorias resulta ideal para los ex-fumadores y se ha recomendado en la cura de desintoxicación del tabaco.
Para depurar los bronquios los herboristas proponen una tisana muy efectiva y fácil de preparar. Se combinan 15 g de tusílago, pulmonaria, liquen de Islancia, marrubio y brotes de pinabete, disponiendo una cucharada sopera de la mezcla por cada 1/4 de litro de agua. Se hierve dos minutos y se deja reposar tapada diez minutos más. Debe tomarse una taza bien caliente cada cuatro horas. Para mejorar el sabor puede agregarse una cucharadita de miel.
Una excelente alternativa contra la tos es la infusión que se elabora mezclando 20 g de flores de tusílago con la misma cantidad de otras hierbas igualmente expectorantes: pino albar, culantrillo y eucalipto, más el refuerzo digestivo del hinojo. Se combina una
cucharada sopera de la mezcla por cada taza y se deja hervir tres minutos. La dosis óptima son tres tazas diarias, después de las comidas, y preferiblemente bien calientes. Quienes lo deseen pueden mejorar su sabor añadiendo un chorrito de zumo de limón.
Para bajar la temperatura corporal resulta muy efectiva la tisana que se prepara combinando 15 g de tusílago, amapola, genciana y saúco y disponiendo una cucharada sopera de la mezcla por cada taza de agua. Se hierve tres minutos y se mantiene en infusión durante un cuarto de hora. Pasado ese tiempo se cuela y se agrega zumo de limón o miel para disimular su sabor amargo.
Las hojas de tusílago también resultan indicadas en casos de asma y en determinados problemas dentales. Pero se aconseja no prolongar demasiado su ingestión.
A nivel respiratorio : Gracias a sus propiedades como espasmolítico, vulnerario, emoliente, antitusivo y pectoral, el tusilago es frecuentemente utilizado en enfermedades respiratorios como lo es el caso de la gripe, los catarros, la bronquitis e incluso como complemento en algunos tratamientos contra el asma . También posee un efecto inhibidor para controlar la tos .
Usos varios: Posee discretas cualidades como sedante y vulnerario, por lo cual se recomienda en cataplasmas para aplicar sobre zonas inflamadas y afectadas por contusiones o golpes.