La naranja y el zumo de naranja contienen fibra que ayuda a la digestión y limpia el organismo. Las frutas cítricas, como la naranja, deben consumirse preferiblemente por la mañana, antes de las 2 de la tarde. El zumo de naranja al ser bebido en ayunas en la mayor cantidad posible, elimina de nuestro organismo sustancias tóxicas y nos previene contra muchas enfermedades. Entre las naranjas se encuentran varias clases, todas con las mismas propiedades. Las agrias reemplazan al limón en la preparación de las ensaladas.
Hoy queremos hablar sobre un producto muy especial que seguramente muchos incluyamos en nuestra dieta, ya que se trata de una de las frutas típicas, estamos hablando sobre las naranjas. ¿Sueles consumirlas? Si es así te animamos a continuar haciéndolo, ya que son excelentes para muchos puntos, por ejemplo, para la digestión. Hoy vamos a discutir esto, te contamos todo lo que necesitas saber, ¡presta mucha atención!
Queremos comenzar mencionando que, como todos sabemos, la naranja nos aporta una gran cantidad de vitamina C, la cual es importante a la hora de prevenir los resfriados, ya que refuerza el sistema inmunológico del cuerpo. Aunque, esto no solamente nos sirve para esto, sino que además se trata de una fuerte de antioxidantes que protege nuestras células de los ataques provenientes del exterior.
Y, seguramente no lo sabíamos, la naranja es un aliado a la hora de controlar nuestro peso.
La naranja tiene muchos nutrientes que nos ayudan en diferentes funcionalidades, por ejemplo, es útil para realizar la digestión y asimilar mucho mejor los nutrientes que obtendremos por a través de los alimentos.
Dentro de la composición nutricional de las naranjas destaca la cantidad de fibra soluble (pectinas). Estas fibras nos ayudan a reducir el colesterol malo (LDL), la glucosa en sangre y, también, favorecen el desarrollo de la flora intestinal.
¿Dónde se encuentran las pectinas? Se localizan en la capa blanca que hay debajo de la piel de las naranjas. Esta capa tienen un sabor amargo que hace que la mayoría de nosotros la quitemos antes de comernos la fruta. Sin embargo, no conviene quitarla del todo; podemos rebajar al máximo esta capa, hasta dejar una fina película, que no nos impida disfrutar del sabor dulce de la naranja pero que nos permita beneficiarnos de la fibra.
Por lo que se convierte en un excelente aliado para el hígado y su correcto funcionamiento, así como una manera de mantener nuestro organismo activo y consumir más calorías. Aunque, cabe resaltar que no se trata de un alimento milagroso que nos va a ayudar única y exclusivamente por sí misma a perder peso, sino que es un complemento a una dieta equilibrada y a la práctica de ejercicio.