En Trucos belleza queremos que siempre estéis guapísimas pero en esta ocasión queremos hablaros a aquellas que tengáis problemas de acné y que además queráis maquillaros sin problemas. Os hablamos de Maquillaje y acné.
Las pieles que son grasas o mixtas, son pieles con cierta tendencia acneíca, es decir que son pieles que suelen tener problemas de acné y de aparición de granitos, por lo que a la mínima que las tratamos o que nos maquillamos pueden hacer que tengamos más y más problemas dermatológicos, aunque esto no quiere decir que las mujeres con este tipo de problemas no se puedan maquillar.
Basta con hacer un tratamiento específico, y sobretodo con limpiar muy bién nuestra piel una vez nos hemos desmaquillado, con crema desmaquillante, algún tónico e incluso una leche hidradante y que evitará el que nos salgan más granos.
No es que el maquillaje de por sí, produzca acné, ya que de hecho está realizado de tal manera que ya cuenta con componentes que protegen la piel, pero sí que puede ser que las pieles que tienen este problema pueden tener un mayor riesgo de acabar con más granos, por lo que este tipo de personas es mejor que opten por un maquillaje que sea especial y que evite la aparición del acné.
Hemos de tener claro cuál es nuestro tipo de piel, ya que si por ejemplo tenemos una piel grasa y utilizamos una base de maquillaje que sea de alto contenido oleoso, acabarémos teniendo más granos.
De este modo, sai tenemos un problema de acné en nuestra piel y utilizamos bases denominadas ?oil free? o bases al agua, entonces, no tenemos porque ver como el problema se acrecenta sino que además nos daremos cuenta que mejora mucho su problema.
Prepara tu rostro
Es necesario que mantengas tu piel hidratada durante todo momento, en especial si estás tratando el acné con ungüentos y cremas medicadas. Durante este período, podrás experimentar resequedad extrema, escamas e híper-pigmentación que se hacen más evidentes con el uso incorrecto del maquillaje.
Los humectantes densos y sueros contra las manchas, serán tus grandes aliados. Asegúrate de cumplir con esta regla durante tu rutina: tratamiento anti-acné + sueros + hidratantes + protector solar.
Recuerda, mientras más «húmeda» este tu piel, mejor lucirá tu maquillaje y podrás esconder cualquier imperfección.
Bases
Aquí la clave reside en la textura -siempre opta por las líquidas. El error más común es buscar una base de gran cobertura para «tapar» las marquitas, sin embargo, está comprobado que las bases ligeras (incluyendo hidratantes con color o BB creams) ayudan a que la piel respire durante el proceso de renovación, mantienen el rostro más humectado y lucen naturales.
Pero no todas las bases fluidas están hechas de la misma manera -cuando tienes acné, es recomendable usar aquellas que no son grasosas o terminarás aumentando la producción de sebo. Si en la etiqueta dice que el producto es «comedogénico» y «con aceite», olvídate de él.
Para aplicar la base, ayúdate de una esponjita no reusable en vez de una brocha. Estas últimas, cargan más bacterias a pesar de que las laves varias veces por semana. Si utilizas tus dedos para maquillarte, lávate las manos con agua caliente antes de aplicar otro cosmético.
Si después de aplicar el maquillaje liquido notas que tu piel empieza a escamarse, no temas; unta un punto de crema humectante sin alcohol o aceite hasta que se absorba.
Correctores
El caso de los correctores es un poquito diferente. Aunque los líquidos te proveen un acabado natural, no son suficientemente efectivos al momento de cubrir el problema; mientras que los secos o en barra, son un no rotundo pues harán más visible cualquier resequedad. ¿La solución? Correctores cremosos que no rayen en lo aguado o en lo espeso.
Fíjate en el tipo de imperfección o marca que desees cubrir -el secreto estará en contrarrestar su color. Encuentra más información en la guía de correctores de maquillaje.
Un brote o espinilla sin madurar es más fácil de ocultar que las que ya han sido extraídas, pero no esperes milagros. Con el uso del corrector podrás disimular el tono de las mismas, no el volumen ni mucho menos cicatrices profundas.
Contrario a lo que se cree, no necesita capas y capas para esconder el acné. Sólo aplica una minina cantidad de producto con un pincel limpio y da ligeros golpecitos para que el corrector se difumine en tu piel. Utiliza tus dedos si quieres disimular puntos negros alrededor de la nariz.
Ver más: Domina el corrector con estos trucos
Polvos
Los polvos sueltos o compactos están prohibidos si buscas ocultar este tipo de imperfecciones ya que aumentaras el riesgo de que aparezcan esas horribles escamas cuando menos lo esperes.
Si buscas un look mate, recurre a papelitos de arroz, que sellan el maquillaje sin resecar. Al terminar la aplicación de la base y el corrector, presiona el papelito suavemente por cada área de tu rostro, haciendo énfasis en lugares como zona «T» o mejillas.
Ojos, labios y mejillas
El maquillaje de ojos, labios y mejillas, si sufres de acné, puede resultar tu mejor apuesta para distraer mirada. De hecho, al darle importancia a tus ojos, pestañas y cejas, restaras atención al resto de tu rostro. ¿Un tip? Trata de utilizar colores neutros y con poquito brillo.
Labiales fuertes como rojo, vino o naranja, alegran tu rostro de inmediato, haciéndote sentir glamorosa sin muchos detalles. Aun así, toma en cuenta que si tus «zonas problemas» están cerca de los labios, es aconsejable que sólo maquilles tus ojos.
En la mayoría de los casos de acné, las mejillas resultan las más afectadas. Si están muy resecas, acude a rubores en crema o tintes y deja a un lado los polvos bronceadores. Por supuesto, deberás darle un receso también a los iluminadores o maquillaje para contornear.
No olvides…
-Descartar el maquillaje vencido o en mal estado.
-Lavar tus brochas diariamente, si es posible.
-Jamás compartas tus cosméticos, sobre todo si sigues un tratamiento anti-acné.
-Emplear hidratantes en spray, como las aguas termales. Tu maquillaje seguirá intacto y sin rastros de escamas.
-El secreto no está en el maquillaje que apliques, sino en el estado de tu piel.
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