Aunque muchos dueños de mascotas digan que sus animales los hacen sentir mejor, hay algunos escépticos, sin embargo existen investigaciones que demuestran el impacto positivo que tienen las mascotas en la salud.
Tener un perro incrementa las tasas de sobrevivencia de las personas que han sufrido un ataque al corazón. Además aumenta el porcentaje de personas que sobreviven después de la hospitalización causada por un problema cardíaco. Hay estudios que afirman que sólo el 6% de los pacientes que no tenían mascota sobrevivieron, frente al 28% de las personas que sí tenían. El tener una mascota es una de múltiples variables que influyen en la mejora en los niveles de sobrevivencia, pero incluso un 2% o 3% es una diferencia significativa para los familiares de un paciente, además las mascotas reducen el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, según otras fuentes.
Otro hallazgo de investigaciones médicas afirma que las personas con mascotas tienen niveles de colesterol y triglicéridos menores, comparados con los de aquellos que no viven con mascotas, incluso cuando tienen el mismo peso, la misma dieta y fuman.
Estudios con perros han encontrado que las personas que los cuidan tienen menores valores de tensión arterial frente a las de quienes no lo hacen. Cuando se han hecho estudios similares, con mujeres, se ha demostrado que la presencia de un perro es más importante en la reducción de la presión arterial que la presencia de amigos. Otros investigadores han descubierto que la presencia de un perro, mientras los niños son examinados por un médico, logra que su frecuencia cardíaca, tensión arterial e inquietud sean menores que cuando el animal está ausente.
La presencia de un animal en casa ayuda a la persona a sentirse más segura de sí misma y más protegida. Una mascota puede ayudar a evitar depresiones por sentimiento de soledad, ya que su compañía estimula el contacto físico y la comunicación. Quienes hablan con su mascota tienden a encontrar en ello una terapia de relajación.
Las personas que tienen un perro son más felices. Los dueños de perros son menos propensos a sufrir de depresión que los no propietarios de mascotas. Incluso para aquellas personas que desarrollan una depresión clínica, tener una mascota puede ayudarles a salir de un episodio depresivo mayor de manera más eficaz incluso que la medicación. Asumir el cuidado de un perro requiere una rutina y te obliga a permanecer un poco activo.
La interacción y el amor recibido de un perro también puede ayudar a las personas a mantenerse positivas. Incluso el simple acto de mirar a su mascota aumenta la cantidad de oxitocina, la sustancia química que hace que tu cerebro se sienta bien.
Las personas que tienen un perro tienen una vida social más activa. Las encuestas muestran que la gente que tiene perros confía más en aquellas personas que también tienen perros y por tanto son más propensos a interactuar con ellas. Incluso si vives sola/o, tener un perro tiene el mismo beneficio emocional que el de una amistad humana.
Si todos estos datos no te convencen quizás te interese saber que los corredores de bolsa que tienen gatos o perros en sus oficinas mientras trabajan, muestran incrementos menores en su tensión arterial cuando realizan actividades estresantes, comparados con quienes no tienen mascotas cerca. Además personas que sufren enfermedades crónicas reportan que sus mascotas son capaces de sentir los ataques antes de que estos ocurran, más cuando han sido entrenadas para ello, capacidad que usan para avisar a su dueño del evento que vendrá, dándole tiempo de prepararse para el mismo.
Parece que las mascotas, a pesar de las responsabilidades que conllevan, traen más beneficios de los que sospechamos.