Muchas de las dietas que podemos encontrar por ahí nos ofrecen soluciones a corto plazo, es decir, adelgazar en un tiempo relativamente corto. Sin embargo, los medios para lograrlo no suelen ser demasiado recomendables: saltearse comidas, hacer ejercicio con el estómago vacío o limitar demasiado nuestro consumo de calorías puede ser perjudicial para nuestro metabolismo.
Existen diferentes factores que reducen o aumentan la tasa metabólica. Estos pueden ser la edad, el sexo, los hábitos de sueño o la masa muscular. Generalmente tendemos a ocuparnos de sólo uno de ellos, por ejemplo, centrándonos en el desarrollo de los músculos y descuidando el sueño. Sin lugar a dudas, esto no nos dará resultados positivos.
Otro error es cuando se restringen demasiado las calorías. Cuando nuestra ingesta de comida es demasiado baja el metabolismo se ralentiza para lograr un equilibrio. Tal vez puedas perder peso pero esto puede significar una reducción de la masa muscular. Además, esta disminución de peso será temporal.
Desayunar demasiado tarde
No desayunar dentro de la primera hora luego de que nos despertemos es uno de los peores errores que podemos cometer, ya que este ayuno prolongado enlentece notoriamente el metabolismo y afecta la capacidad de perder peso.
Cuando pasamos demasiadas horas sin comer, el organismo recibe el mensaje de que debe reservar energía, por lo cual la grasa corporal se acumula y el metabolismo desacelera su ritmo. Para evitar este error que afecta tu metabolismo, toma un desayuno proteico (¡no solamente una taza de café!) dentro de la primera hora tras levantarte por las mañanas.
Saltar comidas
Saltarnos cualquiera de las comidas del día puede sabotear nuestros esfuerzos por perder peso, ya que el metabolismo se desacelera ante la falta de alimento: el organismo lo interpreta como una situación de supervivencia en la que debe conservar grasas y acumular calorías para ser transformadas en energía. Además el cansancio que puede producirse al saltar comidas también enlentece el ritmo metabólico.
No hacer ejercicio
Mantener una rutina de ejercicios estable mantiene la pérdida de peso activa y una mejor capacidad metabólica para quemar grasas. El cuerpo sigue trabajando hasta 24 horas después de una rutina de ejercicios, y por eso dejar pasar muchos días sin hacer ejercicio no hace más que enlentecer el metabolismo y frenar la pérdida de peso.
Consumir poca fibra
El hábito de comer cereales blancos refinados nos quita mucho del necesario consumo de fibra. Aumentar los niveles de fibra cambiando a panes, arroces y pastas integrales aumentará nuestro metabolismo.
Deficiencia de minerales y vitaminas
Debemos hacer una prioridad el elegir alimentos que nos aporten suficientes proteínas, hierro, vitamina D y calcio. En lugar de consumir calorías vacías, los alimentos con estos minerales y vitaminas ayudan a mantener el funcionamiento del metabolismo en forma óptima y poder quemar grasas.
Tomar alcohol
El alcohol desacelera el metabolismo y su capacidad de quemar grasas, además de deshidratar al organismo. Por ello, es importante no tener el hábito de tomar más de un vaso de alcohol, y siempre tomar agua luego para rehidratar al cuerpo y no afectar al metabolismo.