Para mantener los niveles de triglicéridos en sangre en unas cifras aceptables, es importante seguir una alimentación baja en grasas saturadas, las cuales están presentes en los productos de origen animal como la mantequilla, la nata, las carnes grasas; y en algunos alimentos de origen vegetal como el aceite de coco y palma, frecuentemente usado para elaborar la bollería industrial.
En su lugar se usarán alimentos ricos en ácidos grasos monoinsaturados, como el aceite de oliva y aquellos en los que predominen los ácidos grasos omega-3. En este útimo grupo destacan los pescados azules ( sardina, caballa, salmón, arenque, boquerones, etcétera), las nueces y el aceite de canola.
Lo primero que se debe hacer es disminuir las grasa dañinas. Las carnes magras, las carnes de ave sin piel, los quesos bajos en grasa, las leches y yogures totalmente desnatados y eliminar las grasas visibles de las carnes es de gran utilidad. Se debe aumentar el consumo de frutas y verduras, evitar los azúcares simples (azúcar, miel, bebidas azucaradas y refrescos); reducir o eliminar el tabaco, los estrógenos, la obesidad, la inactividad y la diabetes no controlada.
Como no a todas las personas, les gustan los mismos sabores, lo mejor es extraer una lista de alimentos, acorde con las calorías que debemos tomar, en la que combinemos todos los alimentos recomendados a nuestro antojo Y es que, a pesar de las viejas creencias, seguir una dieta saludable no tiene por qué ser algo insufrible. Puede que incluso llegue a ser delicioso.