Las pruebas para determinar si un feto sufre algún tipo de anomalía genética se podrían reducir a un simple análisis de sangre de la madre en el futuro. El profesor Dennis Lo, de la Universidad de Hong Kong ,está experimentando un nuevo test prenatal, simple y sin riesgo de aborto, que permitiría detectar prácticamente cualquier desorden genético del embrión. El diario británico The Times informaba en su edición de ayer de esta técnica, capaz de rastrear en la sangre de la madre trazos de posibles enfermedades del feto sin necesidad de utilizar sistemas más agresivos, como la amniocentesis.
La prueba, además de ser inocua, podría realizarse a partir de las ocho semanas de embarazo, siete semanas antes que los sistemas actuales de detección. Las mujeres tendrían así más tiempo para decidir, en caso de anomalías, si desean someterse a un aborto terapéutico.
La nueva técnica permitiría ampliar además el espectro de posibles enfermedades hereditarias que detectar, limitado ahora a las de alto riesgo. La amniocentesis implica la inserción de una aguja en el vientre de la madre, lo que provoca un aborto de cada 100 embarazos. El profesor Lo, que encabeza el equipo que desarrolla el sistema prenatal no invasivo de diagnosis (NIPD por sus siglas en inglés), asegura que el riesgo se eliminaría completamente. El método es seguro para el feto y. psicológicamente, más fácil de llevar para la madre.
Los científicos descubrieron un método para conocer todo sobre el perfil genético de un feto gracias a una simple muestra de sangre de la madre, según un estudio publicado el miércoles.
Hasta el presente, los métodos más fiables para detectar anomalías genéticas potenciales en los fetos presentan un riesgo para el niño por nacer debido a que obligan a los médicos a tomar tejidos del feto perforando el útero.
Esas técnicas, entre las cuales figura la amniocentésis, practicada muy habitualmente, ponen en un dilema a las mujeres embarazadas, en particular a las de edad avanzada, a quienes se les aconseja esta prueba, ya que ellas presentan más riesgos de tener un niño afectador por trisomia 21.
Pero según los investigadores de Hong Kong, cuyos trabajos fueron publicados en la revista estadounidense Science Translational Medicine, el genoma completo del feto puede ser identificado en la sangre de la madre. Según ellos, el ADN del feto constituye alrededor del 10% del plasma sanguíneo de la madre, el resto pertenece a esta última. Pero dado que las moléculas de ADN están fragmentadas en el plasma, era difícil identificar cuáles pertenecían al feto y cuáles a la madre.