Cuando una persona que sufre de esta afección ingiere leche o derivados experimenta una serie de malestares, la intensidad de éstos depende de la cantidad de lactosa que se ingirió y la cantidad que pueda tolerar. Las sintomatología se hace presente después de pasados 30 minutos o dos horas de la ingesta.
La intensidad de los síntomas varía según la cantidad de lactosa ingerida y la cantidad de lactasa que tenga el individuo.
La lista de los principales síntomas de la intolerancia a la lactosa, incluyen:
- Malestar después de las comidas
- Náuseas
- Retortijones
- Distensión abdominal
- Gases
- Flatulencia
- Diarrea
No obstante, es importante tener en cuenta que no todas las personas intolerantes sufren los mismos síntomas, con la misma intensidad y frecuencia. La sintomatología variará en función de:
Cantidad de lactosa ingerida o cantidad de enzima (lactasa) que nuestro cuerpo es incapaz de generar.
En relación con las causas de la aparición, se pueden distinguir tres tipos de intolerancia a la lactosa:
Primaria: Se da una reducción progresiva de la producción de lactasa por parte del organismo. Es la causa más frecuente. La mayoría de los adultos tiene bajos niveles de lactasa como parte de un desarrollo evolutivo normal ya que los humanos somos el único mamífero que toma leche en la edad adulta.
Secundaria: Disminuye la producción de lactasa a consecuencia de una patología que daña la mucosa intestinal del intestino delgado. Algunas patologías que se asocian a deficiencia secundaria de lactasa son las diarreas severas, enfermedad celíaca, enfermedad de Crohn o quimioterapia debido a un daño intestinal temporal.
Terciaria: No existe producción de lactasa.Trastorno metabólico congénito raro que se manifiesta con diarrea severa en el recién nacido.
La mayoría de las personas con intolerancia a la lactosa, siguen una dieta sin lactosa puesto que el 70-80% de ellos responden a una dieta con ausencia de lactosa. Sin embargo, no consumir lácteos en la dieta puede llevar a insuficiencia de calcio, vitamina D, vitamina A y proteínas. Junto con una dieta sana y actividad física regular, el calcio ayuda a reducir el riesgo de osteoporosis, es esencial para la contracción de los músculos, ayuda a mantener saludable el sistema nervioso, es importante para fortalecer los huesos y los dientes, y es vital para el crecimiento de los niños.
Tratamiento de la Intolerancia a la lactosa
La intolerancia a la lactosa no es un problema peligroso y, una vez detectado, tiene fácil solución.
No todos los lácteos tienen mucha lactosa, por eso es mejor sustituir los alimentos con más lactosa por aquellos que contienen menor cantidad.
En la farmacia existen complementos nutricionales que contienen lactasa. El consumo de lactasa en cápsulas o comprimidos puede ser un tratamiento adecuado para que las personas intolerantes a la lactosa puedan consumir productos con lactosa. Su médico o farmacéutico le aconsejará.
Existen dos alternativas para el tratamiento de la intolerancia a la lactosa. La primera es suprimir de la dieta todos los alimentos que tengan lactosa, es decir cualquier producto que contenga leche o queso o que se haya elaborado a partir de estos, ya sea de forma total en los pacientes muy sensibles, o de forma leve en pacientes menos sensibles, que pueden permitirse ingerir pequeñas cantidades de lactosa.
La otra alternativa consiste en la administración de sustitutos de la lactasa. Tomar suplementos de la enzima lactasa antes de consumir productos lácteos puede evitar la aparición de síntomas en algunas personas, sin embargo, no es eficaz en todos los pacientes que sufren este trastorno.
Esta es la lista de lácteos, empezando por los que tienen mayor cantidad de lactosa:
- Leche descremada
- Leche completa (entera)
- Mantequilla
- Yogurt
- Queso
- Leche deslactosada
No sólo estos alimentos contienen leche, también la lactosa es un sorpresivo ingrediente en el pan, las galletas, golosinas, chocolates, tortas, cereales e inclusive en muchos medicamentos. Es obligatorio leer las etiquetas nutricionales en busca de la palabra Lactosa.