Cromoesencias, para equilibrar energías. Es una combinación de aguas termales, sales minerales, aceites esenciales y color, que trabajan los puntos energéticos más importantes del cuerpo, situados a lo largo de la columna, desde el sacro hasta la cúspide de la cabeza.
Estos puntos están dotados de una función vital para el cuerpo, la mente y el espíritu. Las tensiones, nerviosismo, competitividad y el estrés, generan miedos, inseguridades e insatisfacciones, por lo cual la negatividad bloque y desequilibra la energía y repercute de una manera desfavorable en el equilibrio psíquico y físico.
Aunque el malhumorno se considera una enfermedad, es el comienzo de un desequilibrio. La ira altera el hígado, el miedo al riñón, la tristeza a los pulmones, las preocupaciones yansiedadal bazo y la crueldad y la impaciencia al corazón.
Estos órganos tienen correspondencia con nuestros sentidos. Unos riñones fuertes aumentan la capacidad auditiva y la seguridad. El hígado cuando lleva un buen funcionamiento, se pueden tomar decisiones, mientras que un hígado débil y enfermo limita las decisiones.
Los pulmones y el intestino grueso se relacionan con el tacto y las sensaciones, el intestino grueso es el encargado de la eliminación y la descarga, haciéndo que la persona sea abierta mental y físicamente.
El estómago y el páncreas en buen estado, te hace ser más receptivo a nuevos pensamientos, ideas y costumbres y el corazón es el centro de la alegría del respeto y la honestidad.
Con el tratamiento cromático, la persona limpia su interior y se vuelve receptiva , optimista y equilibrada tanto psíquica y físicamente, por lo cual se solucionan muchas enfermedades, como causa por un desequilibrio emocional.
Generalmente el mal humor no lo consideramos una enfermedad, sin embargo es el comienzo de un desequilibrio. Tendemos a preocuparnos de nuestra apariencia externa, pero pocos somos conscientes de nuestros órganos internos y de los avisos que éstos sabiamente nos envían cuando no les tratamos correctamente, castigándoles con dietas inadecuadas, exceso de trabajo, ejercicio desmesurado ó formas de vida poco saludables.
Tengamos presente que la ira altera el hígado, el miedo al riñón, las preocupaciones y ansiedad al bazo, la tristeza a los pulmones y la crueldad y la impaciencia al corazón.
Estos órganos tienen correspondencia con nuestros sentidos.
Unos riñones fuertes aumentan nuestra capacidad auditiva y nuestra seguridad.
El hígado cuando está en buen funcionamiento podemos tomar decisiones, mientras que un hígado débil y enfermo nos limita nuestras decisiones y nuestra visión resulta dañada.
Los pulmones y el intestino grueso se relacionan con el tacto y las sensaciones, el intestino grueso es el encargado de la eliminación y la descarga, haciéndonos más abiertos mental y físicamente.
El estómago y el páncreas en buen estado, nos hacen más receptivos a nuevos pensamientos, ideas y costumbres.
El corazón es la sede de la alegría del respeto y la honestidad. Cuando respetamos el corazón está abierto.
Si nos familiarizamos con nuestros órganos y glándulas aprenderemos a descifrar sus mensajes compensándonos con una mayor relajación y vitalidad.