Se trata de hábitos fáciles de incorporar en nuestra vida que marcan la diferencia entre estar sanos y correr el riesgo de un infarto, ¡te animamos a tenerlos en cuenta!
Lo primero que vamos a recomendarte es que controles el estrés, el mismo suele ser muy perjudicial en este sentido, ya que aumenta la presión arterial, el colesterol en sangre, y aumenta el riesgo de padecer taquicardias. Recomendamos que intentes relajarte, sonreír y no enfadarte, para controlar el estrés y evitar riesgo de infarto. Además, es importante que luches contra la presión arterial alta minimizando los factores de riesgo, de modo que cambies tu estilo de vida por hábitos saludables.
Por otro lado, es muy importante que abandones hábitos como el tabaco y mantengas un peso saludable, si padeces obesidad o sobrepeso intenta bajar de peso, aunque siempre evitando las dietas rápidas. Por último, es fundamental que realices ejercicio con regularidad e incorpora un mayor nivel de actividad en tu rutina diaria, como caminar o ir de compras andando; utiliza escaleras en lugar del ascensor y practica algún deporte.
Caminar, Natación, bicicleta. Estos son los deportes que los expertos recomiendan a los pacientes que han tenido un infarto. No es necesario buscar deportes de alto impacto para mantener el corazón saludable. Caminar 30 minutos al día por la mañana y por la tarde es suficiente para garantizar que el corazón va a estar en buen estado.
Controla la diabetes El control frecuente y adecuado de los niveles de azúcar en sangre, mediante insulina u otros medicamentos y/o medidas dietéticas, previene o retrasa el infarto en estos enfermos, cuyo riesgo cardiaco es mayor que el de la población general.
Vigila la tensión La tensión arterial alta deteriora el recubrimiento interior de las arterias, lo que facilita la formación de depósitos de grasa y aumenta el riesgo de infarto de miocardio. Una dieta adecuada, ejercicio y/o medicamentos antihipertensivos ayudan a reducir la tensión arterial alta.
Evita el consumo de tabaco. El tabaco daña gravemente la salud, independientemente de cómo se consuma (cigarrillos, cigarros, pipa o tabaco para mascar). La exposición pasiva al humo del tabaco también es peligrosa. Lo bueno es que el riesgo de infarto de miocardio y AVC empieza a disminuir inmediatamente después de dejar de consumir productos del tabaco y se puede reducir a la mitad en tan solo un año.
Haz ejercicio el que sea La actividad física de moderada a intensa reduce muy notablemente el riesgo cardiaco. Incluso un ejercicio moderado realizado a diario reduce el colesterol LDL y aumenta el HDL. El ejercicio mejora la capacidad de bombeo del corazón y la circulación y aumenta la fuerza y la resistencia.
Vigila tu peso La obesidad aumenta los niveles de triglicéridos, que favorecen la enfermedad cardiovascular. Una dieta adecuada y ejercicio ayudan a controlar el peso.
Controla el estrés Las terapias antiestrés y una vida social intensa y remuneradora mejoran el pronóstico en la enfermedad cardiaca.
Controla tu riesgo cardiovascular. Un importante aspecto de la prevención de los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares es el tratamiento y asesoramiento de los pacientes con alto riesgo (aquellos con un riesgo cardiovascular a los 10 años igual o superior al 30%) y la reducción de este. Los profesionales sanitarios pueden estimar su riesgo cardiovascular con gráficas simples y darle los consejos apropiados para reducir sus factores de riesgo.
- Medirse la tensión arterial: la hipertensión suele ser asintomática, pero es una de las principales causas de infarto de miocardio o accidentes cerebrovasculares. Mídase la tensión arterial, y si está elevada tendrá que cambiar su estilo de vida, aumentando el ejercicio físico y cambiando a una dieta con menos sal; también es posible que necesite medicación para controlarla.
- Medirse los lípidos en la sangre: El aumento del colesterol en la sangre incrementa el riesgo de infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares. El control del colesterol en la sangre requiere una dieta saludable y, si fuera necesario, medicamentos apropiados.
- Medirse el azúcar en la sangre: El exceso de azúcar en la sangre (diabetes) aumenta el riesgo de infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Si padece diabetes, para reducir dicho riesgo es muy importante que se controle la tensión arterial y el azúcar en la sangre.
Perseverancia Los meses posteriores a sufrir un infarto los pacientes suelen seguir todas las recomendaciones que le da el especialista. Sin embargo, conforme pasan los meses su actitud se relaja. La perseverancia en el tratamiento y en los cuatro puntos anteriores es clave para tener una buena calidad de vida.