A menudo nos preguntamos si realmente es adecuado para nuestra salud tomar alguna que otra cerveza, ese placer que muchos disfrutan con cierta inseguridad, al saber que puede tener repercusiones en los kilos de más. Pues bien, además de que el sabor de las cervezas sin alcohol es muy similar al de las “clásicas”, podemos destacar un estudio realizado recientemente, en el que se pone sobre la mesa que la cerveza no sólo no engordaría, sino que además resulta una buena opción para reducir el riesgo de diabetes.
Según diversos estudios, es la bebida más ligera después del agua. Y entre sus principales propiedades es que contiene vitaminas como: B1, B2 y B6, así como glúcidos de asimilación lenta como el almidón y un apreciable aumento de las fibras alimenticias.
Al igual que la cerveza tradicional , la que no contiene alcohol esta provista de ácido fólico que previene los riesgos de enfermedades cardiovasculares, previene la anemia, estimula el apetito, evita el estreñimiento y ayudan en los procesos de calcificación.
La cerveza sin alcohol es recomendada para las personas que practican algún deportes, siguen una dieta , para las mujeres embarazadas o que estan en la etapa de lactancia; así como quienes por prescripción médica, no pueden ingerir alcohol; de igual forma es muy adecuada para las personas que tienen que manejar pero desean probar el sabor de la cerveza.
Con todo, los problemas asociados al alcohol siguen estando ahí, por lo que si quieres apostar por una cerveza con buen cuerpo, sabor, pocas calorías y nada de alcohol,
En el documento se revelan varios detalles de importancia sobre esta bebida: La cerveza sin alcohol tiene alto porcentaje de agua (95%), por lo que se puede considerar una bebida con cualidades hidratantes.
Es estupenda fuente de ácido fólico, vitamina del complejo B que participa en la construcción del ADN (ácido desoxirribonucleico, proteína que recoge el material genético y rige al metabolismo de las células), así como en la formación y maduración de glóbulos rojos en la sangre.
Dos botellas normales de esta bebida (cada una de 330 mililitros, aproximadamente) aportan 12.5% de la cantidad diaria recomendada de dicho nutriente. Su contenido de minerales y vitaminas la convierten en adecuado complemento dentro de la dieta de la mujer, incluso durante el embarazo y la lactancia, aunque en tales casos siempre bajo supervisión del ginecólogo o pediatra, según corresponda.
La “cerveza sin” se caracteriza también por su bajo contenido en sodio (4.5 miligramos por cada 100 mililitros), por lo que puede recomendarse ocasionalmente a personas con presión arterial elevada, siempre que lo autorice el médico. Una botella de esta bebida aporta alrededor de 10 miligramos de calcio, útil para el funcionamiento del sistema óseo, a la vez que contiene cantidades considerables de potasio (de 200 a 466 miligramos por litro), el cual ayuda al buen funcionamiento de músculos y corazón.
Igualmente, puede ser muy favorable al incluirla como bebida refrescante en la comida de las personas de la tercera edad, especialmente en aquellas que tengan problemas de deshidratación y desnutrición, pues aporta antioxidantes y micronutrientes como calcio, magnesio, zinc, potasio y vitaminas del complejo B.
El consumo moderado de este producto (entre 1 y 2 botellas al día) puede incluirse en dietas de adelgazamiento gracias a su bajo valor energético (14 kilocalorías por cada 100 mililitros), aunque siempre requiere la aprobación del nutriólogo.
Este producto también aporta razonable cantidad de fibra soluble, que en una dieta bien balanceada puede contribuir a evitar el estreñimiento.