Llegué a la acupuntura a través de un amigo. La verdad es que no me lo creía. Siempre he sido bastante escéptica y no acababa de creerme que, pinchándote con unas agujas, se te pudiera resolver un dolor o un malestar. Hasta que vi como mejoraba mi amigo su lumbago. A lo mejor fue autosugestión, pero a él le funcionó.
Para algunos médicos es pseudociencia y dudan de sus beneficios mientras que para otros, la acupuntura es el mejor tratamiento para ciertas enfermedades, una terapia complementaria y muy eficaz.
” La medicina convencional tiene un vacío enorme en cuanto al dolor. Sólo receta antiinflamatorios y descanso. Desde el punto de vista teórico, funciona pero no busca el origen del dolor. “Los acupuntores tratamos con personas y no con enfermedades”, me comenta David González, gerente de Servei Integral de Salut, un centro de acupuntura y terapias alternativas.
Por lo visto la acupuntura funciona, e incluso mejor que la medicina tradicional en algunos casos, como con los dolores musculares, dolores crónicos, artritis, alergias, asma, vértigos, hernia discal, dolores premenstruales, estados de ansiedad, migrañas, gastritis, vértigos o estreñimiento.
Normalmente a la consulta de los acupuntores llega la gente cuando falla la medicina tradicional. No es cosa de magia ya que detrás de esta terapia hay una filosofía milenaria basada en las energías del cuerpo. De acuerdo a la medicina tradicional China, el cuerpo humano tiene más de 2.000 puntos de acupuntura conectados por medio de meridianos. Estas vías crean un flujo de energía. La interrupción de este flujo es lo que da lugar a las enfermedades. ‘Un desequilibrio entre el yin y el yang’. La acupuntura intenta corregir estos desequilibrios mediante la aplicación de unas agujas muy finas en esos puntos de acupuntura.
La primera vez que vas a la consulta, el terapeuta te hace una entrevista a fondo sobre tus hábitos de vida, de sueño, alimentación… luego te mira el pulso y después la lengua. Entonces hace un diagnóstico.
Y entonces aparece la parte para mi más desagradable, que son las agujas los instrumentos de trabajo del acupuntor. Las hay de plata, de oro, de cobre o de acero inoxidable. Y cuando te pinchan, ¿hay dolor? El dolor es relativo y va ligado a la sensibilidad de cada uno. Hay gente que ni se entera, como mi amigo, y otras, como yo, que no aguantan las agujas en ciertas zonas, como las mano o los pies. Es decir, las que predomina el hueso y hay poca carne. También hay que decir que las mujeres somos más sensibles al dolor, sobre todo cuando tenemos la regla. Al final, yo dejé el tratamiento, soy demasiado aprensiva y veía las estrellas cada vez que me pinchaban. Sin embargo, a mi amigo le fue muy bien…