Hasta la edad madura, las mujeres sufren menos infartos que los varones por la protección natural que les brindan sus hormonas sexuales, como el estradiol, que parecen proteger el corazón al ayudar a mantener los niveles de colesterol en sangre y dilatar los vasos sanguíneos.
Al llegar a la menopausia, la mujer se vuelve tan vulnerable como el hombre a las mismas enfermedades cardiovasculares porque la caída de sus niveles de estrógenos reduce la protección y aumenta sus niveles decolesterolLDL ?malo? (obstruye las arterias), reduciendo a la vez los decolesterolHDL ?bueno? (impide la oclusión arterial). Para esta etapa vital, los expertos aconsejan tomar aceite de oliva y evitar la nata y la mantequilla.
La alimentación es una de las mejores armas naturales para prevenir los trastornos menstruales. El aceite de oliva es una excelente fuente de vitamina E. Contribuye a disminuir la sensibilidad de los senos doloridos y a reducir la sensación de cólico, al favorecer la relajación de los vasos sanguíneos. Y ayuda a mitigar los síntomas premenstruales como cambios de ánimo y apetito desmedido.
El alto contenido de antioxidantes del aceite de oliva contribuye al efecto que la dieta mediterránea tiene sobre la longevidad. En Italia y Grecia, donde se consume más este aceite, la esperanza de vida es más elevada que en los países del Norte de Europa, pese a contar con un mayor nº de fumadores.
Distintos estudios muestran que la dieta mediterránea se asocia a una reducción significativa de la mortalidad entre personas de edad avanzada.
Las sustancias antioxidantes pueden retardar el proceso de envejecimiento de las células, al evitar que los radicales libres del cuerpo las destruyan, fortaleciendo la estabilidad de sus membranas.