Los jarabes de hierbas tienen la ventaja de ser más concentrados que las infusiones o cocimientos, por lo que basta tomarlo en pequeñas cantidades. Además, se conservan durante mucho tiempo y presentan un sabor agradable. Por otra parte, llevan el agregado de azúcar, que es un excelente antiséptico.
Aquí te mostraremos las recetas de mi abuela, que siempre supo hacer los medicamentos para aliviar las nanas.
Jarabe de eucaliptus
Es un remedio muy eficaz para el tratamiento de resfríos y tos. Se utilizan las hojas secas cuidando de que tengan el coquito cónico y grande. Se colocan 50 gramos de hojas secas con sus coquitos en ½ litro de agua caliente recién hervida, y se deja en maceración durante 12 horas. Luego se cuela y en el líquido resultante se disuelve 850 gramos de azúcar, calentando a fuego lento para favorecer la combinación, pero sin hervir. Una vez formado el jarabe dejar en reposo hasta que se enfríe.
Tiene que salir un litro de bebida; si sale menos, agregar agua. Para obtener efectos curativos se toma una cucharada cada dos horas. Lo mismo se puede hacer con hojas frescas, pero entonces la cantidad que se dispone es el doble de la calculada para hojas secas.
Las hojas y coquitos de eucaliptus se pueden obtener fácilmente recolectándolos en parques y plazas donde abunda la especie. El eucaliptus o eucalipto es un árbol que se reconoce fácilmente por su corteza, que se desprende en tiras que quedan colgando del tronco un tiempo y luego se caen dejando ver una nueva corteza de color blanco plateado o azulado. Su fragancia es inconfundible, y en tiempos de mi abuela, era común colocar sobre la estufa una cacerolita con agua y unos coquitos de eucaliptus, que al hervir aromatizaba y humedecía el ambiente sirviendo a la vez como desinfectante.
El eucaliptus tiene propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias que lo hacen de gran eficacia en las enfermedades de las vías respiratorias. También es útil para bajar la glucemia.
Jarabe de canela
También llamado jarabe de Todd, tiene de propiedades estimulantes. Primero hay que preparar una tintura de canela, con 200 gramos de canela en rama y ½ litro de alcohol al 70%. Se mezcla la canela con el alcohol en un frasco y se deja una semana en un lugar fresco y seco. Luego se cuela.
Los otros ingredientes son: aguardiente, compuesto de 50% de alcohol y 50% de agua; jarabe simple (almíbar), hecho con 850 gramos de azúcar en ½ litro de agua, y agua destilada.
Se mezclan 5 gramos de tintura de canela, 40 gramos de aguardiente, 30 gramos de jarabe simple y 75 gramos de agua destilada. Se mezcla bien y se envasa en un frasco color caramelo. Dejarlo reposar unos días antes de consumir. La dosis aconsejada es una cucharada grande (o una copita de licor) una vez por día.
El color del frasco es importante para evitar que la luz penetre demasiado en el jarabe. En caso de no tener frascos de ese color, se puede usar una botella de cerveza que suelen ser color caramelo, bien tapada con un corcho. Si tampoco se consigue una botella, se puede almacenar resguardado de la luz pero en un lugar de temperatura que varíe poco.