Los masajes son una gran alternativa no solo para relajarnos y disminuir nuestros dolores musculares, sino también para ejercer efectos benéficos en nuestra salud, como mejorar la circulación sanguínea y disminuir la presión arterial, así como en la desintoxicación de nuestro cuerpo.
En VivirSalud te mostramos los tipos de masajes a los que te puedes someter y cuáles son sus beneficios.
Masaje sueco
Esta es la técnica de masaje más común, y es conocida como terapia de masaje. Se caracteriza por el uso de aceites o lociones para masajes, realizando movimientos largos, suaves y movimientos circulares, con el fin de amasar los nudos musculares. Ayuda a aliviar la tensión, aumentar la flexibilidad y la movilidad y reducir el dolor de músculos y articulaciones.
Masaje de aromaterapia
Esta técnica es similar al masaje sueco, pero con la diferencia que utiliza aceites vegetales perfumados para atender las necesidades específicas. Así, el terapeuta elige un aceite relajante, energizante o que permita el efecto que se necesite. Por ejemplo, el de lavanda es calmante y relajante. La aromaterapia es ideal para las personas que sufren de estrés, insomnio, dolores de cabeza, síndrome premenstrual, dolores de espalda y trastornos digestivos.
Masaje shiatsu
El shiatsu es una forma de trabajo corporal japonesa que considera que las enfermedades provienen de los desequilibrios del flujo natural de energía en el cuerpo. Utiliza la presión de los dedos en una secuencia rítmica similar a la acupuntura para mejorar el flujo de energía y equilibrar el cuerpo. Los beneficios de este tratamiento incluyen calmar la hiperactividad del sistema nervioso simpático, mejorar la circulación sanguínea, aliviar la rigidez de los músculos y aliviar el estrés.
Masaje tailandés
Similar al Shiatsu, esta técnica es más energizante y rigurosa que las formas más clásicas de masaje. A veces se describe como masaje yoga tailandés, porque el terapeuta utiliza las manos, rodillas, piernas y pies para avanzar en una serie de estiramientos como los del yoga. Generalmente se realiza sobre una colchoneta, en el suelo, sin aplicar aceites. Este tipo de masajes es la mejor opción para relajarse, reducir el estrés, aumentar la energía, la flexibilidad, la amplitud de movimiento, la circulación y centrar la mente y el cuerpo.
Reflexología
Esta técnica utiliza el pie como una guía para curar a otras partes del cuerpo. Se cree que ciertas áreas de los pies están vinculadas con otras áreas y órganos del cuerpo, por lo tanto la aplicación de presión a estas áreas reflejas en los pies promueve la salud en los órganos correspondientes a través de caminos de la energía. La reflexología es ideal para el tratamiento de problemas hormonales, artritis, insomnio, estrés, dolores de cabeza, dolor de espalda, lesiones deportivas y trastornos digestivos.
En algunas enfermedades los masajes no son recomendados, por lo que se debe consultar con el médico antes de realizarlos. Sin embargo, los masajes son una gran alternativa para disminuir dolores crónicos y mejorar nuestra calidad de vida, de una manera bastante económica y muy relajante.