La miel y sus preparados figuran entre los remedios caseros más populares que conocemos y su eficacia es indudable.
En la actualidad se conocen exactamente todos y cada uno de los componentes de la miel. Además de los azúcares (azúcar de frutas, glucosa, azúcar de caña, maltosa) contiene todos los minerales necesarios para la vida, de los cuales nuestro organismo solamente necesita pequeñísimas cantidades. Estos elementos se hallan contenidos en diversa proporción en las distintas clases de miel aunque todas ellas contienen en cantidad suficiente para nosotros: enzimas, vitaminas, hormonas (acetilcolina), aminoácidos (importantes componentes de las proteínas) y ácidos minerales (ácidos fosfóricos). También hemos de mencionar los «inhibidores», materias que impiden el crecimiento de las bacterias o que las destruyen.
A la cabeza de las aplicaciones de la miel figuran las enfermedades producidas por enfriamiento. Para prevenir o atajar un resfriado, una antigua receta casera dice: «Tómese 1 cucharada de miel cinco veces al día». Y justifica tal recomendación añadiendo: «La miel aumenta las defensas del organismo, ayuda a éste a combatir los agentes causantes de la enfermedad y mantiene estable la circulación sanguínea».
La citada receta, en su versión más completa, recomienda adicionalmente, para combatir la tos, tomar la miel disuelta en tila o tomillo. Para los dolores de garganta, se recomienda endulzar con miel el té de salvia (Salvia officinalis), hacer gárgaras con él y luego ingerirlo con el fin de que tanto la miel como la salvia entren en contacto con las zonas de la garganta a las que no pueden llegar mediante los gargarismos.
Limón con miel
Se exprime un limón y se diluye el zumo obtenido con la misma cantidad de agua caliente, se le añaden 2 cucharaditas de miel y se toma a sorbos. Se ha recomendado siempre contra la ronquera y los constipados.
«La nariz se descongestiona masticando miel junto con un trozo de panal». Esta es la recomendación ?francamente acertada? que encontré un día en un viejorecetariomanuscrito de mi abuela. Respecto a los remedios a base de miel con hinojo, con cebolla o con rábano.
También pueden eliminarse con la administración regular de miel los trastornos gástricos y hepáticos y, muy especialmente, el estreñimiento. A este respecto hemos de señalar en primer lugar la leche con miel por su eficacia: Se mezclan a partes iguales la miel y la leche, hervida y aún caliente, y se toma. Una taza 2 veces al día, durante 2 ó 3 semanas proporciona no solo una mejoría de los trastornos a que nos hemos referido, sino que, al mismo tiempo, la cura fortalece los nervios, estimula la circulación y fortalece el corazón.
Incluso la úlcera de duodeno y la úlcera gástrica pueden ser tratados con éxito a base de una cura de miel: Al levantarse, en ayunas y en el intervalo de 2 horas, se toman 500 gramos de miel y ya al cabo de 4 ó 5 días se advierte (también en las radiografías) una mejoría en el proceso de curación de dichas úlceras. Es obvio, por otra parte, que antes de proceder a realizar la cura que acabamos de recomendar, el paciente deberá consultar con su médico.