Cuando una mujer se queda embarazada descubre todo un nuevo mundo de publicaciones, libros, revistas, páginas web y blogs sobre el tema.
Cada cual más interesante y prometedora. En todas se dan consejos sobre qué hacer en cada fase del embarazo para dar lo mejor de nosotras mismas y, sobre todo, nos enseñan a estar preparadas, tras nueve meses de ensayo, para el gran momento triunfal del parto y nuestra posterior vida como madres.
Creo que una de las cosas más repetidas en todos los sitios que he consultado es el que el último trimestre de embarazo, especialmente el último mes, debe ser un momento para reposar, descansar, relajarse y estar preparada a lo que se avecina después. Sin embargo, en mi caso, nada más lejos de la realidad.
Hay tantas cosas que queremos tener previstas para el parto o dejar preparadas para después no tener que preocuparnos de ellas, que nos empieza a faltar el tiempo.
? Primero, en el trabajo: dejar todo listo para nuestra ausencia, preparar a la persona que nos va a sustituir o negociar cuándo y cómo va a ser nuestra reincorporación.
? Preparar todo lo que necesitamos para la llegada de nuestro bebé y el previo paso por el hospital: maletita de nacimiento, cuna montada, minicuna o moisés para los primeros momentos, carrito, sillita del coche y sus múltiples accesorios que en la tienda nos prometen que llegarán a tiempo pero aún no están, etc.
? Visitas al médico que en el último mes se convierten en agobiantes: analítica, exudado, preanestesia, ecografías, monitores,?
? Y, cómo no, nuestra propia preparación física: ejercicios para mantenerse en forma ya que el tono muscular es importante para el trabajo del parto y, sobre todo, por si no queremos epidural o esta no funciona.
Respecto a este último punto, normalmente hay que acudir a un curso de preparación al parto, que los hay de todos los gustos y colores. Aquí también debemos hacer un estudio concienzudo para elegir el más acorde a lo que buscamos y a nuestros gustos.
– Hacer ejercicios de suelo pélvico para evitar pérdidas de orina posteriores y asegurar una buena recuperación de la zona.
– Masaje perineal que nos ayude a evitar una posible episotomía y así ahorrarnos los desagradables puntos en una parte del cuerpo tan delicada.
– Practicar mucho la relajación ya que en esta época empezamos a estar muy cansadas, la tripa pesa, tenemos ganas de que todo acabe (aunque después vamos a estar más cansadas y sin saber cuándo acabará todo).
– Y no olvidemos la respiración: tenemos que conocer todas sus variantes y en qué momento del parto es más apropiado aplicar cada una de ellas? que si durante la contracción, que si después de ella, para frenar nuestras ganas de empujar si no es el momento todavía? Sólo de relatarlo, cansa. ¡Tanta preparación resulta estresante!
En tu caso: ¿cómo resultó el último mes de embarazo: tranquilo o estresante?
Autora: Ainhoa Uribe