Frío y calor para mejorar tu circulación

Jesus L. Rodriguez

Frío y calor para mejorar tu circulación

Personas deportistas así como personas que no hacen deporte son ambas susceptibles de experimentar lesiones musculares. El simple hecho de correr a un autobus que se nos escapa puede causarnos un tirón o torcedura que nos hará mantener el pie en alto durante un par de días.

Si padeces una lesión muscular debes saber que la terapia con frío y calor te puede ayudar a mejorar la circulación de la zona afectada. Para ello no es necesario ningún tipo de prescripción médica, y el uso efectivo de frío y calor sobre la zona afectada hará posible una sanación más rápida de la zona lesionada.

Por ejemplo, esta terapia puede mejorar la circulación. El calor hace que los músculos se relajen abriendo sus capilares, y de esta manera mejorando la circulación allí. Eso sí, debemos evitar aplicar calor inmediatamente tras sufrir la herida muscular, ya que ello puede causar lesiones en el músculo.

recomendaciones:

Evita cruzar las piernas
Esa posición hace que la sangre no circule debidamente y la presión sanguínea se eleva.

Evita estar sentado o de pie durante largos períodos
Gira tus tobillos y pies con regularidad, camina al menos diez minutos cada hora, y flexiona de atrás a adelante las puntas de tus pies para estimular la circulación sanguínea.

Haz ejercicio regularmente
Cualquier tipo de ejercicio fortalece el ‘segundo corazón’ -los músculos de la pantorilla y el pie- es benéfico. Ejercítate por al menos 30 minutos, 3 veces a la semana. Puedes caminar, corer, nadar o andar en bicicleta.

Usa medias de compresión graduada
Éstas funcionan como una capa extra para los músculos, mejorando el desempeño de nuestro ‘segundo corazón’ y la circulación sanguínea.

Monitorea tu consumo de hormonas
Las píldoras para el control natal y las terapias de sustituto hormonal, disminuyen el tamaño de los vasos sanguíneos y pueden debilitar las válvulas y paredes de las venas.

Eleva tus pies
Súbelos unas 6 a 12 pulgadas por encima de la altura del corazón, cada que te sea posible.

Consume fibra y disminuye la sal en tu dieta
La sal retiene el agua y eso hace que el flujo sanguíneo se atrofie.

Mantén un buen peso corporal
La obesidad puede afectar al sistema circulatorio.

Usa ropa que te quede bien
La ropa muy apretada puede restringir la circulación, particularmente en las piernas.

Considera los suplementos alimenticios
La vitamina C y E actúan como antioxidantes, que son buenos para la circulación.

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