Así queramos evitarlo, pero la Ley de la Gravedad y el paso del tiempo hacen notar sus efectos en nuestra piel, por lo que nuestra reacción suele ser de inevitable preocupación, considerando que las arrugas y flacidez no son tan sencillas de limpiar como cuando nos manchamos la blusa. El asunto es algo más complicado que eso y pasa principalmente por la disminución natural del colágeno que todos sufrimos en determinada época de nuestras vidas.
Pero debemos saber que estas cosas no son imposible de tratar y cuidar, por fortuna tenemos al alcance de nuestra mano una variedad de alternativas para devolverle la anhelada suavidad juvenil a la piel (aunque no sea al 100%, por lo menos en un gran porcentaje). Y una de las opciones más recomendadas y en boga por estos días es el tratamiento Thermage.
El tratamiento Thermage consiste en la estimulación de las capas profundas de la piel a través de radiofrecuencias (ondas de calor) distribuidas en diferentes zonas como la frente, el contorno de ojos, el cuello, etc., en una sesión que tienen un promedio de 20 minutos a 2 horas. A través del calor emitido por dichas radiofrecuencias no solo se restaura el colágeno en las capas profundas de la piel, sino que también estimula una mayor producción de este elemento.
Lo mejor de todo es que este tipo de tratamiento no es invasivo y basta con una sesión para empezar a ver los resultados que, por cierto, suelen tener una considerable duración. Claro está que sus efectos se harán más visibles mientras las pacientes sean más jóvenes (mujeres de 35 a 60 años), llegando incluso a continuar varios años, según sea la condición de la piel y el proceso de envejecimiento de cada persona.
Por otro lado, los efectos secundarios que presenta el Thermage son mínimos como enrojecimiento, inflamación, pequeñas ampollas y en ocasiones muy raras algunas irregularidades en la piel. Pero como el tratamiento ha sido aprobado por la FDA (la entidad de Administración de Fármacos y Alimentos de los Estados Unidos), no hay peligro de que cause serios estragos mientras sea practicado en centros especializados, como clínicas estéticas con certificación autorizada.
Esta última recomendación es bastante importante y se debe tener en cuenta en cualquier procedimiento estético y médico al que decidamos someternos. Lo mejor siempre será indagar en el Colegio Médico de nuestra jurisdicción si el especialista en el que hemos decidido confiar cuenta con licencia para ejercer. De lo contrario podríamos estar en serio peligro de producir daños irreversibles a nuestra belleza y salud, tanto física como mental. Debemos tomar muy en cuenta que más vale prevenir que lamentar.