La trágica cadena de sucesos que comenzó con un terremoto de enorme magnitud, al que prosiguió un tsunami que devastó parte de la zona norte de Japón y que, a su vez, averió los sistemas de refrigeración de los reactores de la central nuclear de Fukushima, se ha saldado con miles de víctimas y desaparecidos y una crisis nuclear: las recientes explosiones en los reactores de la central nuclear de Fukushima han provocado la liberación de radiación a la atmósfera.
Mientras las autoridades niponas recomiendan medidas para protegerse frente a la radiación, la población mundial y especialmente la japonesa se pregunta qué consecuencias podría tener para la salud la exposición ante la radiación liberada.
¿Cómo provoca la radiación daños en el cuerpo humano?
La radiactividad se produce como consecuencia de la desintegración de los núcleos de los átomos. Así, por ejemplo, el principal material radiactivo presente en la central de Fukushima es el uranio (uno de ellos posee también plutonio). Cuando este elemento se desintegra libera una potente radiación (energía) y se forman cesio y yodo radiactivos que, a su vez, se descomponen en otros elementos, perdiendo progresivamente su capacidad radiactiva.
Los escapes de radiación que se han dado a la atmósfera son principalmente debido al cesio y al yodo (el uranio y el plutonio en las condiciones actuales se encuentran bastante bien protegidos y es difícil que se liberen al exterior).
Debido a esta desintegración se liberan distintos tipos de radiaciones y partículasque pueden modificar o alterar las moléculas de nuestras propias células afectándolas y provocando una alteración en su normal funcionamiento.
Si la dosis de radiación es pequeña, las células (por sí mismas) son capaces de reparar el daño causado o de reemplazar las células muertas como consecuencia de la radiación. Pero si la dosis es elevada, se produce la destrucción de un gran número de células y/o la inducción de cánceres como consecuencia de daños irreversibles en el ADN (mutaciones) que no han podido ser reparados. Es decir, las células poseendiversas estrategias de reparación frente a la radiación hasta que, a partir de cierta dosis, no son capaces de reparar todo el daño causado.
¿Qué factores determinan el riesgo para la salud?
Los dos principales parámetros para valorar el riesgo ante una radiación son la dosis y el tiempo de exposición.
Las dosis de radiación se miden bien en sievert (Sv) o en rem (100 rem equivalen a 1 sievert) y cuánto mayor es esta dosis, mayor es la probabilidad de enfermar o morir como consecuencia de la radiación.
El otro factor importante es el tiempo, pues una exposición continuada a una radiación cuya dosis es, en principio, baja también puede ocasionar daños importantes para la salud.
En general, el cuerpo humano tolera mejor dosis bajas repartidas en el tiempo que una dosis alta en un momento puntual, pues las estrategias celulares para reparar el daño en este último caso se ven desbordadas.
¿Qué riesgo existe para la salud según la dosis de radiación recibida?
Para estimar el riesgo para la salud que puede ocasionar una determinada radiación es imprescindible valorarlo en perspectiva.
Todos nosotros continuamente estamos expuestos a radiación, de hecho, en un mes recibimos de media una dosis de 0,3 milisieverts (mSV) ó 0,03 rem.
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