Las varices son el resultado de la dilatación de las venas por la acumulación de sangre en su interior, sangre estancada que circula lentamente. Aunque se pueden producir en cualquier parte del cuerpo, lo más frecuente es en las extremidades inferiores y sobre todo en las mujeres.
Esto se debe a que la sangre tiene dificultades para ascender al corazón y al estancarse en las piernas, dilata las venas (ya sean internas o externas) y aparecen las molestias en forma de hormigueos, calambres, dolor, pesadez. La dificultad al paso de la sangre es muy variada: embarazo, estreñimiento de larga duración, permanecer mucho tiempo de pie, etc. La eliminación definitiva de las varices requiere tratamiento quirúrgico, generalmente sencillo, aunque se puede evitar su desarrollo y las molestias.
unque las varices no molesten, deben controlarse, ya que se corre el riesgo de que en su interior se formen trombos y embolias que luego afectan a otros órganos del cuerpo. Para evitar este riesgo practica con regularidad una actividad física con el fin de ordeñar las venas por el efecto de los músculos y así evitar el estancamiento de la sangre. Para reducir el tamaño de las venillas varicosas o bien las molestias producidas cuando se hinchan, aplica sobre la zona afectada un poquito de vinagre de manzana y realiza un suave masaje en sentido ascendente. La mejor hora para realizarlo es por la noche antes de acostarse.
Para que las pequeñas arañas vasculares no vayan a más, aumenta el consumo de alimentos ricos en rutina, un antioxidante presente en las espinacas, los berros, los frutos del bosque y los cítricos. Una de las plantas más ricas en este compuesto es el grosellero negro. Ya sea en forma de extracto, zumo o cápsulas, este complemento dietético te ayudará a tratar la fragilidad capilar y las insuficiencias venosas.
Gestos tan sencillos como dormir sobre el lado izquierdo, realizar baños alternos de agua caliente y fría en la ducha, descansar las piernas en alto y masajearlas con un buen tónico venoso, activan la circulación de la sangre en la mitad inferior del cuerpo.
Una de las lociones más útiles a la hora de mejorar la tonicidad venosa es la que se obtiene agregando a 250 ml de aceite de almendras, 10 gotas de aceite esencial de romero, 10 más del de ciprés y otro tanto de esencia de menta.
Uno de los remedios caseros más comunes para combatir las varices es el aloe vera. Podemos aplicar directamente el tallo de esta planta sobre las varices, masajeando el área afectada, o realizar una mezcla junto con zanahoria y un chorro de vinagre de manzana. Puedes ver aquí cómo aliviar las varices con aloe vera.
Otra buena solución para tratar las varices consiste en realizar masajes calmantes con aceites esenciales. Deberás empezar por los tobillos, masajeando con las palmas de las manos e ir subiendo hasta los muslos.
Otra opción para tratar las varices consisten en hervir 50 g de corteza de castaño de indias en un litro de agua, durante unos 10 minutos. Pasado este tiempo, deberás colar la preparación y beberte el líquido resultante, ya que ayudará a mejorar la circulación de la sangre.
Asimismo, las infusiones de cola de caballo también son beneficiosas para los problemas de venas inflamadas, porque ayudan a combatir la retención de líquidos. De la misma forma, puedes aplicar cataplasmas de cola de caballo sobre el área afectada por las varices, para reducir la inflamación de estos vasos sanguíneos.