El estragón, también llamado dragoncillo, es una planta originaria del oeste asiático y de Rusia, es muy utilizada como condimento.
Si tenemos que hacer una lista con las características de las plantas medicinales, el estragón lo describimos como un remedio casero eficaz para mordeduras de serpientes, dolor de muelas, es diurético, favorece la digestión, antiespasmódico, regula la menstruación y es bueno para el reuma.
Los beneficios del estragón para la salud están dados gracias a varios componentes activos que posee. Se extraen las hojas de estragón para obtener los efectos medicinales, además tiene un sabor bastante agradable y se puede consumir todos los días en ensaladas o como condimento.
Propiedades medicinales del estragón
Tradicionalmente el estragón se emplea para inducir el apetito, especialmente en los niños, y también para combatir los síntomas de la anorexia. Además es muy eficaz para tratar casos de flatulencia y para detener el hipo.
Laraíz del estragón adormece la boca, por ello se le usa para aliviar los dolores de muelas. Las hojas frescas sirven a igual objetivo. Basta con mascar un par de ellas y dejar que la pasta resultante actúe sobre el área afectada.
Un beneficio médico muy importante del estragón es que favorece la producción de la bilis por el hígado. Dicho proceso facilita la digestión y la eliminación de toxinas del organismo. Un buen remedio es poner un puñado de hojas secas en un recipiente con vinagre de manzana. Dejar durante 7 horas y conservar bien. Se toma una cucharadita antes de los horarios de comida.
tra de las virtudes del estragón es que en forma de té sirve para eliminar los parásitos intestinales. La infusión se realiza con agua hirviendo y una onza de hojas de la hierba. Se pone el agua sobre éstas y se esperan 10 minutos. El contenido ya filtrado se bebe a razón de dos tazas en la mañana y otras dos en la noche.
Se cree que el estragón posee cierto compuesto que inhibe la activación de las plaquetas, lo cual impide que se obstruyan los vasos sanguíneos. Así pues, se reducen los riesgos de que se formen coágulos en las vías del corazón y el cerebro, lo que limita la aparición de trastornos cardiovasculares y cerebrales.