La Real Academia Nacional de Medicina (RANM) ha presentado este martes su primer ‘Diccionario de términos médicos’, una obra «pensada y escrita» en español que ayudará a los profesionales sanitarios y a cualquier persona a conocer y escribir correctamente cualquier término relacionado con la salud.
Dicha obra incorpora 65.000 acepciones de un total de 51.727 entradas (sobre enfermedades, partes del cuerpo, técnicas de diagnóstico o tratamientos, medicamentos, utensilios, reseñas biográficas, etc.), 25.435 sinónimos y variantes, información etimológica e histórica de 6.672 términos y 27.000 observaciones lingüísticas y técnicas sobre el uso correcto de los términos, entre otras ventajas.
Según ha reconocido el presidente de la RANM, Manuel Díaz Rubio, este proyecto «era un viejo sueño de la institución». No en vano, a finales del siglo XVII ya se planteó por vez primera la elaboración de un diccionario de términos médicos que, por diversos motivos, no ha visto la luz hasta hoy.
En los últimos seis años, han trabajado en su elaboración todos los académicos de la institución con la colaboración de numerosos especialistas de distintos ámbitos, desarrollando un «enorme esfuerzo» para ofrecer «rigor conceptual» en todos los términos definidos.
Sin anglicismos
Además, Díaz Rubio ha destacado la defensa del español que hace esta obra, pese a que la Medicina es un campo donde «abundan cada vez más los anglicismos, que conocen los médicos pero no la sociedad».
«El diccionario está pensado y realizado en español, no es ninguna traducción de otras lenguas como el francés o el inglés», remarca el presidente de la RANM. De hecho, incorpora tanto términos de la medicina española (como MIR, dieta mediterránea o herida por asta de toro) como de la hispanoamericana (sanitarista, tapaboca o bioterio), algunos incluso ya en desuso.
De la definición o las diferentes acepciones de cada término, muchas entradas incorporan un apartado con sinónimos, la etimología de la palabra (explicando de dónde procede y, en algunos casos, cuándo se utilizó por primera vez), su traducción al inglés, y hay un último apartado de observaciones en el que se aclaran algunas dudas o errores más frecuentes sobre su definición o escritura.
Incluye pequeñas biografías sobre quiénes dan nombre a alguna patología o técnica, así como otras un poco más extensas sobre la trayectoria de los grandes nombres de la medicina española e hispanoamericana, como Santiago Ramón y Cajal, Severo Ochoa, Gregorio Marañón, el argentino Salvador Mazza o el cubano Joaquín Albarrán.
Según explica el profesor Antonio Campos, académico y miembro del equipo del diccionario, esta obra «nace con vocación didáctica, para que cada término se escriba y se use bien».
Sin entrar en juicios de valor
Todo ello, añade Díaz Rubio, «sin entrar en juicios de valor». De hecho, el presidente de la RANM reconoce que «no ha habido mucha discusión en su elaboración porque se ha hecho una labor meramente descriptiva», y que las principales discrepancias han surgido con algunos términos, como folículo ovárico, que «por su carácter técnico exige mucha precisión».
El diccionario también incluye una versión electrónica para ordenadores, tabletas y teléfonos móviles que «permitirá una actualización más inmediata». También han anunciado desde la RANM que están preparando una segunda edición que incluya más términos hispanoamericanos.
La obra ha sido editada por Editorial Médica Panamericana y cuenta con el patrocinio de la Fundación Mutua Madrileña y la colaboración de Fundación Ramón Areces y Fundación RANM.