Según la agencia española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, el uso inadecuado de los guantes, puede dar lugar a un problema de contaminación cruzada.
Las limitaciones del látex
El uso de guantes puede originar otro problema añadido debido al material de fabricación de los mismos. Se ha demostrado la transferencia de proteínas de látex de los fabricados con este material a los alimentos que se han manipulado y también que estas proteínas pueden causar reacciones alérgicas en personas sensibilizadas al látex que lo ingieran, incluso después de que el alimento se haya cocinado. La manipulación de los alimentos con guantes de látex supone la presencia de un alérgeno alimentario oculto.
Las normativas vigentes, tanto nacionales como europeas, no mencionan el uso de guantes como herramienta para preservar la higiene de los alimentos ni el material con que deben estar fabricados. La normativa europea sí regula los materiales aptos para contactar con los alimentos, aunque tampoco toma en consideración la posible toxicidad de las partículas que migran desde el guante al alimento.
Se ha comprobado que la transferencia de proteínas de lates de los guantes fabricados a base de este material, pueden causar reacciones anafilácticas en personas sensibilizadas al látex.
los guantes deben tener colores que no puedan confundirse con ningún alimento y permitan distinguir cualquier fragmento que se haya desprendido durante su manipulación. Antes de usar un guante hay que lavar y secar las manos, pero también hay que retirarse anillos o relojes para evitar romperlos y porque fijan a la piel partículas que se desprenden del guante. Además, estos deben cambiarse cuando se realizan prácticas distintas. Si se utilizan guantes no desechables, deben limpiarse por las dos caras y dejarlos secar al revés. Es fundamental cumplir con los procedimientos de lavado de manos y ajuste, cambio y desechado o lavado para garantizar una máxima eficacia de los mismos y preservar la seguridad en toda la cadena alimentaria.
Recomendaciones para evitar riesgo al consumidos sensible al látex :
- Usar guantes solo cuando las características del trabajador o el trabajo a realizar lo requieran.
- Lo más adecuado es no usar guantes en la manipulación de alimentos y lavar las manos tantas veces como sea necesario.
- Los guantes deben de ser de colores, o guantes de latex color negro para que si se rompen, las partes resultantes no se confundan con la comida.
- Deben cambiarse los guantes si se cambia de actividad.
- Después del uso de guantes no desechables se limpiarán éstos por las dos caras y se dejaran secar al revés.
Con guantes, menos higiene
Con el uso de los guantes, el manipulador tiene una sensación de falsa asepsia, de ahí que tienda a manipular distintos alimentos sin tener en cuenta que puede transmitir, incluso con guantes, la contaminación de uno a otro. En estos casos, se descuida el necesario lavado de manos, que debe realizarse incluso con guantes.
Los guantes no se utilizan para evitar el lavado de manos, las manos hay que lavárselas siempre. Y en caso de utilizarlos, hay que cambiarlos con frecuencia para evitar las contaminaciones cruzadas, sobre todo:
– si se ensucian o se rompen: se ensucian fácilmente tocando otros utensilios, dinero, alimentos crudos, etc.
– si cambiamos de tarea: si estoy partiendo pollo crudo, luego no me pongo a preparar la ensalada con los mismos guantes (parece una obviedad, pero te aseguro que pasa).
– si abandonamos/regresamos al puesto de trabajo: otra obviedad, pero se olvida que hemos estado tocando otras cosas.