En las últimas décadas se habla de la cirugía plástica como una cuestión meramente estética, a través de la cual las personas corrigen sus “desperfectos” en el cuerpo o realizan modificaciones sobre él para que tenga una apariencia diferente. Sin embargo, con el furor generado por esta práctica, mucha gente se olvida de que se trata de una rama más de la medicina, y que su creación fue pensada para trabajar sobre accidentes y lesiones.
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Lo que más llama la atención de la cirugía plástica, es que sus orígenes son extremadamente remotos, y por dicho motivo la práctica estuvo siempre relacionada con los procedimientos quirúrgicos tradicionales. Posteriormente, con el paso de los años, la medicina estética abrió una rama por sí sola y es por eso que merece que se haga un recorrido más detallado sobre su historia y características.
Repasando un poco la historia
Los primeros registros de cirugías utilizadas para el tratamiento de lesiones y la recuperación del cuerpo datan de miles de años antes de Cristo, entre 3000 y 2500 para ser más precisos. Fueron los egipcios los primeros en documentar los diferentes procesos a través de los cuales se trataba a los heridos que sufrían percances en accidentes o en combate. Los papiros explican los métodos utilizados y sirven también de precedente histórico para la medicina quirúrgica tradicional.
Los egipcios encargados de la redacción del papiro hicieron mucho hincapié en la recuperación de huesos rotos en los brazos (indispensables para trabajar durante la época) y en las fracturas de nariz.
Pero los primeros precedentes ligados exactamente a la cirugía como método de reparación estético aparecieron en el año 500 a.C., y fueron redactados en la India. Allí se ponía mucho énfasis en la reparación de lastimaduras y fracturas en la nariz de los pacientes.
Esto está relacionado con una cuestión meramente cultural ya que en territorio indio se tomaba a la nariz como una pieza fundamental del cuerpo humano, y sólo eran dignos de respeto aquellos que la presentaban sin lastimaduras ni deformidades. Así que podríamos decir que los padres de la rinoplastia son los indios.
Con el paso de los años se fueron mejorando diferentes métodos de quirúrgicos ligados a la medicina general y a la estética. Pero fue durante la Primera Guerra Mundial cuando la cirugía plástica tomó una importancia vital. La gran mayoría de los soldados que volvían del campo de batalla presentaban graves heridas como heridas de bala, quemaduras, deformaciones provocadas por esquirlas de bombas y la inhalación del gas mostaza, etc.
Entonces, se crearon centros especializados en cirugías reconstructivas con el objetivo de mejorar estéticamente la apariencia de los heridos. Si bien el resultado final no era el mejor (por la falta de instrumental y procedimientos más planificados), la cirugía servía para mejorar la presencia de los soldados y mantenerlos con el ánimo en alto.
La cirugía plástica en la actualidad
Entonces hoy en día nos encontramos con dos tipos de procedimientos quirúrgicos ligados a la estética: la cirugía reconstructiva y la cirugía estética. La primera está destinada a cubrir situaciones tales como fracturas graves, reconstrucciones de nervios y piel en la cara, quemaduras, y corrección de problemas de nacimiento (congénitos), entre muchas otras.
Por su parte, la cirugía estética busca mejorar aspectos ligados a la forma en la que se ve el cuerpo humano. Las más comunes son las de implantes de mamas, rinoplastia (nariz), liposucción (extracción de grasas/reducción de peso), vaginoplastia (rejuvenecimiento vaginal), abdominoplastia (mejorar el aspecto del abdomen) y muchas otras.