La depresión tanto en hombres como mujeres es una condición y un trastorno en la conducta muy común que afecta a una gran cantidad de personas en todo el mundo y a distintos niveles. Provoca sentimientos de angustia y tristeza, ansiedad, desmotivación y falta de interés, entre muchas otras cosas.
Aquí en VivirSalud ya hemos tenido la oportunidad de brindarte información muy variada sobre esta condición como, por ejemplo, la relación entre la depresión y el envejecimiento o incluso cómo alimentarse para combatir la depresión. Hoy queremos ayudarte a conocer más sobre la misma y por eso te presentamos esta lista con 5 de los síntomas de la depresión en los hombres más frecuentes.
Exceso de fatiga
Las personas que sufren de depresión son afectadas por varios problemas emocionales y también físicos. El exceso de fatiga es un síntoma claro de depresión y se caracteriza por una serie de retrasos a nivel psicomotor como, por ejemplo, en la ralentización de los movimientos, el habla y los procesos del pensamiento y el aprendizaje.
En cuanto a este punto, los hombres son mucho más propensos a presentar excesos de fatiga como síntoma de depresión que las mujeres, quienes presentan síntomas más relacionados a cuestiones emocionales.
Dormir demasiado o muy poco
Los problemas relacionados a la conciliación del sueño como, por ejemplo, el insomnio o el sonambulismo, son síntomas comunes de la depresión. Tal como sucede con la fatiga, los problemas con el sueño son mucho más característicos en los hombres que en las mujeres.
Exceso de fatiga
Las personas que sufren de depresión son afectadas por varios problemas emocionales y también físicos. El exceso de fatiga es un síntoma claro de depresión y se caracteriza por una serie de retrasos a nivel psicomotor como, por ejemplo, en la ralentización de los movimientos, el habla y los procesos del pensamiento y el aprendizaje.
En cuanto a este punto, los hombres son mucho más propensos a presentar excesos de fatiga comosíntoma de depresión que las mujeres, quienes presentan síntomas más relacionados a cuestiones emocionales.
Dormir demasiado o muy poco
Los problemas relacionados a la conciliación del sueño como, por ejemplo, el insomnio o el sonambulismo, son síntomas comunes de la depresión. Tal como sucede con la fatiga, los problemas con el sueño son mucho más característicos en los hombres que en las mujeres.
Algunos hombres llegan a dormir hasta 12 horas de corrido mientras que otros tan solo 4 o 5 y esto indica que se trata de un período depresivo en el hombre.
Dolor estomacal y dolor de espalda
Algunos problemas en la salud relacionados a malestares estomacales y dolores en la espalda como el estreñimiento, la diarrea, los dolores musculares en la espalda, cuello y cabeza, son otros de los síntomas de depresión en los hombres más comunes. Muchas veces los hombres suelen pasar por alto estas condiciones.
Irritabilidad y hostilidad
Mientras que la irritabilidad es una de las características en personas deprimidas, tanto en mujeres como en hombres, en éstos últimos es aún más frecuente. En el caso de las mujeres, es más común encontrar desgano y falta de interés pero en cuanto a los hombres no es así. Con mayor frecuencia el hombre deprimido se vuelve furioso y fácilmente irritable, además tiene pensamientos negativos constantes y una fuerte ansiedad.
Abuso de sustancias
Si bien el abuso de sustancias nocivas para el organismo durante la depresión es algo que ocurre tanto en hombres como mujeres, del mismo modo que en los puntos anteriores se trata de un comportamiento mucho más frecuente en los hombres.
Suele señalarse que este comportamiento y consumo abusivo tiene bases culturales y sociales pero en fin, lo cierto es que el consumo en exceso de café, cigarrillos, alcohol y otras drogas es otro síntoma común de hombres deprimidos.
Síntomas de la depresión y la manía
No todo el que está deprimido o maníaco experimenta todos los síntomas. Algunas personas experimentan pocos síntomas, algunos sufren muchos síntomas. La severidad de los síntomas varía entre individuos y con el tiempo.
Depresión
- Tristeza persistente, ansiedad o humor «vacío»
- Sentimiento de desesperanza, pesimismo
- Sentimientos de culpa, falta de valor, impotencia
- Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes eran disfrutadas, incluyendo el sexo
- Disminución de energía, fatiga, lentitud
- Dificultad para concentrase, recordar, hacer decisiones
- Problemas al dormir, para despertar temprano, o dormir demasiado
- Cambios en el apetito o en el peso
- Pensamiento de suicidio o muerte, o intentos de suicidios
- Incansancio, irritabilidad
- Síntomas físicos persistentes que no responde a tratamiento rutinario, como dolores de cabeza, desórdenes digestivos, y dolor crónico
Manía
- Exaltación anormal o excesiva
- Irritabilidad no usual
- Disminución de la necesidad de dormir
- Nociones de grandiosidad
- Hablar más de lo usual
- Pensamientos volátiles
- Aumento en el deseo sexual
- Aumento marcado de energía
- Juicio pobre
- Conducta social inapropiada
Concurrencia de la depresión con otras enfermedades
La depresión puede coexistir con otras enfermedades. En tales casos, es importante que la depresión y cada enfermedad concurrente sean diagnosticadas y tratadas.
La depresión en la vejez
Es erróneo creer que es normal que los ancianos se depriman. Por el contrario, la mayoría de las personas de edad se sienten satisfechas con sus vidas. Cuando un anciano se deprime, a veces su depresión se considera erróneamente un aspecto normal de la vejez. La depresión en los ancianos, si no se diagnostica ni se trata, causa un sufrimiento innecesario para el anciano y para su familia. Con un tratamiento adecuado, el anciano tendría una vida placentera. Cuando la persona de edad va al médico, puede solo describir síntomas físicos. Esto pasa por que el anciano puede ser reacio a hablar de su desesperanza y tristeza. La persona mayor puede no querer hablar de su falta de interés en las actividades normalmente placenteras, o de su pena después de la muerte de un ser querido, incluso cuando el duelo se prolonga por mucho tiempo.
Las depresiones subyacentes en los ancianos son cada vez más identificadas y tratadas por los profesionales de salud mental. Los profesionales van reconociendo que los síntomas depresivos en los ancianos se pueden pasar por alto fácilmente. También los profesionales detectan mejor los síntomas depresivos que se deben a efectos secundarios de medicamentos que el anciano está tomando, o debidos a una enfermedad física concomitante. Si se hace el diagnóstico de depresión, el tratamiento con medicamentos o psicoterapia ayuda a que la persona deprimida recupere su capacidad para tener una vida feliz y satisfactoria. La investigación científica reciente indica que la psicoterapia breve (terapia a través de conversaciones que ayudan a la persona en sus relaciones cotidianas, y ayudan a aprender a combatir los pensamientos distorsionados negativamente que generalmente acompañan a la depresión), es efectiva para reducir a corto plazo los síntomas de la depresión en personas mayores. La psicoterapia también es útil cuando los pacientes ancianos no pueden o no quieren tomar medicamentos. Estudios de la eficacia de la psicoterapia demuestran que la depresión en la vejez puede tratarse eficazmente con psicoterapia
tratamiento
El primer paso para recibir un tratamiento adecuado para la depresión consiste en un examen médico. Ciertos medicamentos, así como algunas enfermedades, por ejemplo infecciones vitales, pueden producir los mismos síntomas que la depresión. El médico debe descartar esas posibilidades por medio de un examen físico, entrevista del paciente y análisis de laboratorio. Si causas físicas son descartadas, el médico debe realizar una evaluación psicológica o dirigir a el paciente a un psiquiatra o psicólogo.
Una buena evaluación diagnóstica debe incluir una historia médica completa. ¿Cuándo comenzaron los síntomas, cuánto han durado, qué tan serios son? Si el paciente los ha tenido antes, el médico debe averiguar si los síntomas fueron tratados y qué tratamiento se dio. El médico también debe preguntar acerca del uso de alcohol y drogas, y si el paciente tiene pensamientos de muerte o suicidio. Además, la entrevista debe incluir preguntas sobre otros miembros de la familia. ¿Algún pariente ha tenido depresión y si fue tratado, qué tratamientos recibió y qué tratamientos fueron efectivos?
Por último, una evaluación diagnóstica debe incluir un examen del estado mental para determinar si los patrones de habla, pensamiento o memoria se han afectado, como pasa algunas veces en el caso de enfermedad depresiva o maníaco-depresiva.
La selección del tratamiento dependerá del resultado de la evaluación. Existe una gran variedad de medicamentos antidepresivos y psicoterapias que se pueden utilizar para tratar los trastornos depresivos. La psicoterapia sola es efectiva en algunas personas con formas más leves de depresión. Las personas con depresión moderada o severa más a menudo mejoran con antidepresivos. La mayoría obtienen un resultado óptimo con un tratamiento combinado de medicamentos para obtener un alivio relativamente rápido de los síntomas y psicoterapia para aprender a enfrentar mejor los problemas de la vida, incluyendo la depresión. El psiquiatra puede recetar medicamentos y una de las diversas formas de psicoterapia que han mostrado ser efectivas para la depresión, o ambos, dependiendo del diagnóstico del paciente y de la seriedad de los síntomas.
Cómo uno puede ayudarse a si mismo cuando está deprimido
Los trastornos depresivos hacen que uno se sienta exhausto, inútil, desesperanzado y desamparado. Esas maneras negativas de pensar y sentirse hacen que las personas quieran darse por vencidas. Es importante ser consciente de que las maneras negativas de ver las cosas son parte de la depresión. Estas son distorsiones que, por lo general, no se basan en circunstancias reales. Los pensamientos negativos desaparecen cuando el tratamiento empieza a hacer efecto. Mientras tanto:
- Fíjese metas realistas, tomando en cuenta la depresión, y no trate de asumir una cantidad excesiva de responsabilidades.
- Divida las metas en partes pequeñas, establezca prioridades y haga lo que pueda cuando pueda.
- Trate de estar acompañado y de confiar en alguna persona; siempre es mejor que estar solo y no hablar con nadie.
- Tome parte en actividades que le ayuden a sentirse mejor.
- Haga ejercicio liviano, vaya al cine, vaya a un espectáculo deportivo, o participe en actividades recreativas, religiosas, sociales o de otro tipo. Todo eso puede ayudar.
- No espere que su estado de ánimo mejore de inmediato, sino gradualmente. Sentirse mejor toma tiempo.
- Es aconsejable que posponga las decisiones importantes hasta que la depresión mejore. Antes de hacer cambios importantes, como cambiar de trabajo, casarse o divorciarse, consulte con personas que lo conozcan bien y tengan una visión más objetiva de su situación.
- La gente rara vez sale de una depresión de un día para el otro. Pero se puede sentir un poco mejor cada día.
- Recuerde, patrones positivos de pensamiento eventualmente van a reemplazar los pensamientos negativos que son parte de la depresión. Los patrones negativos van a desaparecer tan pronto su depresión responda al tratamiento. Recuerde, tan pronto su depresión responda al tratamiento, los pensamientos negativos van a ser reemplazadas por pensamientos positivos.
- Deje que sus familiares y amigos le ayuden.
Lo más importante que alguien puede hacer por la persona deprimida es ayudarle a que reciba el diagnóstico y tratamiento adecuados. Esto tal vez implique que tenga que aconsejar al paciente para que no deje el tratamiento antes de que los síntomas puedan empezar a aliviarse (varias semanas). Tal vez implique ayudarle a obtener un tratamiento diferente, si no se observa ninguna mejoría con el primer tratamiento. En ocasiones puede requerir que el familiar o amigo haga una cita y acompañe a la persona deprimida al médico. A veces es necesario asegurarse que la persona deprimida esté tomando el medicamento. A la persona deprimida se le debe recordar que obedezca las órdenes médicas con respecto a beber bebidas alcohólicas mientras está medicado. Otra cosa muy importante es dar apoyo emocional. Esto implica comprensión, paciencia, afecto y estímulo. Busque la forma de conversar con la persona deprimida y escucharla con atención. No minimice los sentimientos que el paciente expresa pero señale la realidad y ofrezca esperanza. No ignore comentarios o alusiones al suicidio. Informe al terapeuta si la persona deprimida hace comentarios sobre la muerte o el suicidio. Invite a la persona deprimida a caminar, pasear, ir al cine y a otras actividades. Persista con delicadeza si su invitación es rechazada. Fomente la participación del paciente en actividades que antes le daban placer, como pasatiempos, deportes, actividades religiosas o culturales, pero no fuerce a la persona deprimida a hacer demasiadas cosas demasiado pronto. La persona deprimida necesita diversión y compañía, pero demasiadas exigencias pueden aumentar su sentimientos de fracaso.